El escolta Kobe Bryant confirmó ayer sus ambiciones de querer ser estrella única dentro de la NBA al decidir quedarse con Los Angeles Lakers para iniciar una nueva etapa de reconstrucción en la segunda dinastía con más títulos de liga.

La presencia del pívot Shaquille O´Neal siempre fue vista por Bryant como un obstáculo que le impedía desarrollar sus ambiciones de líder indiscutible, por eso ni los triunfos ni los tres títulos de liga que consiguieron juntos fueron suficientes para hacerle desistir de su objetivo de quedarse algún día solo ante la responsabilidad de hacer campeón a los Lakers.

La oportunidad le llegó a partir del miércoles, cuando los Lakers y los Heat de Miami cerraron oficialmente el traspaso de O´Neal y ayer informó a su equipo de que aceptaba la oferta para firmar un contrato por siete años y 140 millones.

MAL CON EL TECNICO Bryant, que el próximo mes cumplirá 26 años, también había conseguido el pasado mes de junio otro de sus objetivos, no permitir que Phil Jackson continuase al frente de los Lakers y tendrá a Rudy Tomjanovich como nuevo técnico.