Quid pro quo . El pasado verano el Barcelona rindió, durante su gira norteamericana, visita a Los Angeles y Ronaldinho, el astro futbolístico brasileño recién coronado como campeón de Europa, manifestaba su intención de conocer personalmente al crack de la NBA Kobe Bryant. Dicho y hecho. Ambos aparecieron sonrientes, encantados de conocerse y confirmando su admiración mutua.

La visita fue devuelta ayer por el norteamericano. El escolta de Los Angeles Lakers hizo aparición, para sorpresa de todos, en el entrenamiento matinal del Barcelona en el Mini Estadi.

Bryant llegó a bordo de un Mercedes de color negro conducido por un chófer y se dirigió a los empleados de seguridad para intentar ver en directo el entrenamiento. Sorprendidos, los responsables del control de los accesos avisaron a los encargados de la comunicación de la sección de baloncesto y de fútbol.

Aunque fueron los primeros sorprendidos, los miembros del departamento de comunicación trasladaron Bryant a uno de los banquillos del Mini Estadi. Desde allí, el jugador de los Lakers, triple campeón de la NBA (2000, 2001 y 2002), presenció discretamente el entrenamiento. Sólo se levantó cuando, mediada la sesión, Ronaldinho se acercó para saludarle. Poco antes del término del entrenamiento, Bryant se dirigió al coche que le esperaba en el aparcamiento del Mini Estadi para abandonar las instalaciones del club.

De vacaciones en Barcelona, Bryant siempre ha declarado ser un gran aficionado al fútbol, una pasión forjada en los años que pasó en Italia mientras su padre jugaba en varios equipos, entre 1984 y 1991.