Si existió tregua, que existió, ha durado poco. Ni dos semanas. Tras aquel abrazo de Minsk entre el presidente Sandro Rosell y el técnico Pep Guardiola se pensó que llegaría la paz institucional al Barça. Fue cuando el socio Vicenç Pla renunció, tras la intervención del técnico, a la ejecución del aval de 24 millones de euros que afectaba a Joan Laporta y siete exdirectivos, lo que les permitió esquivar, de momento, el embargo. Pero la aparición de informaciones y facturas sobre gastos de Laporta durante su etapa en el club ha reabierto esta guerra interminable. El expresidente ha contraatatacado anunciando que presentará dos demandas para defender su honor.

La primera acción será contra algunos miembros de la directiva, "empezando por el propio presidente", según recalcó Laporta. "He decidido interponer acciones penales y civiles", explicó ayer el exdirigente, y también contra el diario La Vanguardia y "otros medios del Grupo Godó por ser los autores materiales de continuas y sistemáticas injurias, calumnias y difamaciones contra mi persona". El trabajo diplomático de Guardiola ha saltado por los aires en apenas 10 días. La búsqueda de esa estabilidad parece casi una utopía. Mientras el sosiego y la excelencia se ha instalado en el césped, el palco echa humo a diario.

"ESTRATEGIA DE MANUAL" Laporta y Rosell compartieron dos años en la directiva del Barça (del 2003 al 2005, uno era presidente y el otro, vicepresidente deportivo) y desde entonces su enfrentamiento ha ido en aumento. No se atisba fin, pese a la intervención de Guardiola. "Algunos miembros de la directiva, empezando por el presidente, se han comportado de una manera muy impropia, por decirlo bien", declaró Laporta en la puerta de los juzgados. "Han intentado crear sospechas, construir una mentira en su propio interés para poner a la gente claramente en contra de todo lo que hicimos durante nuestra gestión. Es una estrategia de manual", añadió.

A Laporta se le veía indignado porque considera que está viviendo una campaña de acoso y derribo. "Están sacadas de contexto, son medias mentiras, atentados al honor y a la intimidad", recalcó el exdirigente, en alusión a algunas de las facturas incluidas en la denuncia presentada por la actual junta dentro de la acción de responsabilidad y que el domingo publicó La Vanguardia . "Me han causado importantes daños morales. No podemos olvidar que el autor material de esa información es la pareja sentimental de la directora de comunicación del club", reveló Laporta para justificar, en su opinión, que la junta de Rosell está detrás de todos esos movimientos. "Por eso interpongo también a la directiva las acciones penales y civiles".