Su entrenadora y principal valedora, Chelo Llera, había dicho durante la semana que la protagonista "estaba muy nerviosa". En efecto: Laura Campos, gimnasta extremeña hecha a sí mismo, no quería defraudar en el debut en su tierra. Y así fue: la joven calamonteña-emeritense fue la heroína en la victoria de España ante Rumanía, la campeona olímpica en los Juegos de Atenas.

La fiesta se desarrolló en el marco del pabellón multiusos Ciudad de Cáceres, con casi 2.000 personas presenciando el gran espectáculo y pese a que a esa misma hora --cosas de Cáceres-- se desarrollaban otros dos acontecimientos deportivos. El encuentro España-Rumanía fue protagonizado por Laura Campos, que desde el comienzo demostró que quería llevarse el título individual. Con una enorme actuación en el ejercicio de salto, Laura marcó el camino a sus compañeras de cómo vencer a las poderosas rumanas, aunque fue en su último test, suelo, cuando más aplausos recibió. Eran los momentos finales y con su actuación España vencía.

En cualquiera de los casos, el resto del equipo que entrena Jesús Carballo también estuvo a su altura, propiciando que la selección nacional venciera en todos y cada uno de los aparatos. El público, con una representación notable de Calamonte (localidad donde vive su familia) se volcó con un espectáculo desconocido en nuestra región. Pero no importó. Pese al lógico despiste de la concurrencia en las puntuaciones, la belleza de los saltos, la destreza en las paralelas y lo grandioso de la tarde, en general, no dejó indiferente a nadie.

El alcalde, José María Saponi; el concejal de Deportes, Lázaro García y el director general de Deportes, Manuel Martínez Dávila, entregaron los trofeos. Eran las ocho de la tarde y la gimnasia y Laura Campos habían triunfado por todo lo alto.