Una estrella del deporte extremeño y dos que sueñan con serlo. Y admiración, mucha admiración mutua. El almendralejense Pablo Villalobos, atleta internacional y excampeón de España de maratón, realizó ayer un entrenamiento en Cáceres con otros dos extremeños que trabajan duro por alcanzar su nivel: el torrejoncillano Mario Mirabel y el valentino Carlos Gazapo. Ambos tuvieron los oídos muy abiertos para los consejos de Villalobos, que ahora ejerce un poco de 'padre' para el resto de fondistas de Extremadura. Siempre dispuesto a echar un cable en lo que sea, su experiencia y cercanía le permiten ser muy respetado.

Ocurrió por la mañana en el complejo deportivo de El Cuartillo, que es mucho más que el escenario del traslado de los partidos como local del Cacereño. Nada que ver con esa controversia: en el atletismo, aunque también haya sus cosas, parece respirarse un buen rollo muy envidiable entre sus protagonistas.

El maratón

Villalobos sobre todo dio lecciones a Gazapo, que se quiere hacer especialista en maratón después de que durante toda su trayectoria la haya repartido entre el fondo en pista (5.000, 10.000) y el cross. "Creo que puedo hacerlo bien. Me gusta. Ya he hecho alguna carrera en ruta y se me dio bien", indica el atleta originario de Valencia de Alcántara.

"Es otro tipo de sufrimiento. Son 42 kilómetros y hay un momento que no ves, que tu cuerpo no te responde. Vas por el 30 y piensas: 'todavía me queda un cross'. Sin embargo, es menos intenso que cuando corres distancias más cortas. Se necesita menos explosividad y tienes más tiempo para prepararlo", afirma Villalobos. Gazapo asiente, convencido del paso que va a dar y que le obligará, después de la temporada de campo a través, a poder hacer solamente dos o como máximo tres carreras al año.

Tiene 27 años y cree que la decisión le puede dar los éxitos que se le están resistiendo en los últimos tiempos, en los que ha estado atormentado por los problemas físicos. A su lado, Mirabel dice que él prefiere esperar, que solo tiene 22 y el maratón es un paso demasiado trascendente para el que seguramente no hay vuelta atrás.

Hay días como ayer en los que Villalobos, todo un fanático de su deporte, hace unos 30 kilómetros de carrera repartidos en distintas series, solo o acompañado. "En esto es un poco tener el chasis --refiriéndose a las condiciones físicas adecuadas--, pero sobre todo mucho entrenamiento, hacer que ese chasis esté dispuesto a hacer lo que le pides", añade, dejando atrás sus problemas de tiroides. Mirabel y Gazapo hacen bien en no perder detalle.