Llegó el Barça a Corea del Sur pero llegó, básicamente, Leo Messi. El delantero argentino es un astro de alcance planetario y el recibimiento que le tributaron periodistas y aficionados en el aeropuerto de Seúl así lo atestigua. Falta por ver si los ocho campeones del mundo españoles pueden competir en popularidad con su compañero. La comparación queda postergada para una posterior ocasión. O para otra gira.

La actual, la que comenzó ayer en Seúl y durará toda esta semana con escala final en Pekín, pareció que era la de Messi y 27 jugadores más, los que completan la expedición, con una amplia mayoría de canteranos: hasta 17 jugadores, dos tercios del total, son futbolistas del filial y alguno con edad juvenil. Pero los aficionados asiáticos solo tenían ojos para Messi, al que recibieron con fotos, pósteres y una imagen suya de cartón a tamaño natural. Vestido, sin embargo, con la camiseta albiceleste de la selección de Argentina.

PRIMER MENSAJE "Tú eres el mejor del mundo", fue el primer cartel que leyó Leo, cuyo carisma ha quedado a salvo del mal resultado de Argentina en el pasado Mundial. "Me afectó mucho la eliminación, pero ya quedó atrás y ahora solo me preocupa seguir dando el rendimiento con el Barcelona", explicó Messi pocas horas después de aterrizar.

En él confiaba Maradona y en él confía Pep Guardiola, quien gracias a la atracción que generó su pupilo pudo acceder al autocar sin problemas, como casi todo el grupo. Excepto Messi, claro, frente a cuya ventana se agolpaban fotógrafos preparados de antemano con escaleras portátiles para inmortalizar su visita.

"NO NOS FIJAMOS EN NADIE" El delantero ya piensa en clave azulgrana. Nada más llegar al Camp Nou para ir hacia el aeropuerto de El Prat, aguardó pacientemente el retraso de la salida con sus amigos más íntimos, como Gabi Milito y José Manuel Pinto. Faltan dos semanas para que empiece la competición (el día 14 afronta el Barça la ida de la Supercopa de España frente al Sevilla) y él será, ya desde el primer día, el referente del equipo. En ese círculo tal vez falte Cesc Fabregas, compañero suyo en el equipo infantil y en el cadete, y coetáneo también de Gerard Piqué. "Sería un gustazo que viniera", admitió la estrella.

"No necesitamos más motivación ni nos fijamos en nadie", contestó Messi cuando le preguntaron si después de ganar siete títulos, es la presencia de José Mourinho en el Madrid el gran aliciente para encadenar la tercera Liga consecutiva. "Tenemos que aprovechar la plantilla que tenemos y ganar más títulos para hacer historia en este club", añadió el Balón y Bota de Oro, que en apenas dos días hizo más de 20.000 kilómetros en avión (Buenos Aires-Barcelona-Seúl) y que aún no ha pasado la revisión médica en el club, lo que hará tras regresar de la gira asiática.

Dani Alves también prevé mayores complicaciones esta temporada para perpetuar la trayectoria triunfal de la era Guardiola. Es una temporada postmundial, con el desgaste acumulado que arrastran quienes participaron en él. "Las expectativas son muy grandes y solo debemos preocuparnos de mantener nuestro nivel", dijo el defensa brasileño, que se incorporó al equipo el mismo día que el argentino.

Alves, en cambio, ya pasó las pruebas médicas y realizó un entrenamiento particular en la Barcelona. Por la tarde, todo el grupo hizo su primera sesión en Seúl, muy ligera a causa del cansancio de las 12 horas de viaje.

EL RETO DE SIEMPRE "Messi, buena suerte", leyó en su despedida el argentino del aeropuerto internacional de Seúl. Empezaba ya el trabajo de la temporada. Once meses quedan por delante y los retos de siempre: "Queremos ganarlo todo otra vez", es el objetivo que se ha propuesto el astro mundial, a quien acompañarán en esa búsqueda los ocho campeones del mundo españoles.