Lo dice siempre Guardiola cuando le preguntan por él. "No os podéis ni imaginar lo competitivo que es, las ganas de jugar y ganar que tiene siempre. Yo le veo en cada entrenamiento... Es insaciable". Así es Leo Messi, el mejor jugador del mundo que va camino de convertirse en el más grande futbolista de todos los tiempos. Si el sábado el Barça destrozó el récord de victorias consecutivas del Madrid de Di Stéfano, el azulgrana va camino de suplantar a su compatriota del olimpo de los dioses del balón.

Messi dio otro pasito más en ese recorrido que se prevé largo (solo tiene 23 años) y maravilloso. Sobre todo para los culés, que ya habían aclamado al ídolo del Camp Nou en dos ocasiones cuando no se había alcanzado la media hora de juego. ¿Por qué? Pues porque la estrella había levantado sus brazos al cielo en dos ocasiones para festejar los dos tantos azulgranas. Ambos una maravilla de juego en equipo, pases al primer toque y definición implacable. En el primero, la Pulga trazó una rápida diagonal aprovechando que Alves arrastraba a tres defensas que acabaron desquiciados y chocando entre ellos. ¿Resultado? Messi colocó un preciso disparo a la izquierda de De Gea y abría la lata.

En el segundo no necesitó pegarle fuerte al balón. Le bastó colocar la punta de la bota y levantarlo suavemente para burlar la enorme manopla del portero. Era también su gol número 40 en 33 partidos, en los que ha conseguido 10 dobles (7 en la Liga) y 4 triples. Así es Messi, tan simple y tan demoledor a la vez.

También brilla por sus asistencias, de las que vive Villa; por su pillería (quiso marcar de falta cuando el árbitro contaba los pasos de la barrera y se ganó la amarilla) y por su esfuerzo defensivo. Messi también corre hacia atrás y el sábado lo demostró en una brillante carrera en la que ganó por patas a Agüero, que se quedó sorprendido de ver a su compatriota corriendo como un poseso para birlarle el balón.

Para el recuerdo

Se acaban los calificativos para hablar de Messi para el que se tendrá que elaborar otro diccionario de calificativos. Andoni Zubizarreta echó mano de uno hasta ahora desconocido para hablar del argentino. "Es un jugador excepcional por todo lo que nos da. Su juego es sinfónico", aseguró el director deportivo. Si el Barça es una orquestra, que lo es, Messi es su director, aunque la batuta la lleve Xavi.

"Ser el máximo goleador es lo que menos me preocupa, ojalá siga esta racha", afirmó feliz Messi con el balón en las manos (se lo lleva cada vez que logra un triple) después de pedírselo al árbitro. "Es un orgullo para este equipo superar la marca del Madrid de Di Stéfano", agregó.