Preocupación en el Mérida con la lesión de Javi Sánchez. No porque sea especialmente grave, que no lo es, sino porque se produce en una posición, la de portero, en la que la plantilla está especialmente escasa. Lo que suceda el domingo en la visita al Sanluqueño es una auténtica incógnita.

El club anunció ayer que las molestias que sufrió Javi Sánchez ante el Don Benito en el derbi extremeño del pasado domingo se debe a una «lesión ligamentosa en su rodilla derecha» y no se mojó en absoluto sobre cuándo podrá estar disponible de nuevo. «El tiempo de baja dependerá de la evolución del jugador», reza el comunicado de la entidad.

El problema es que era el único guardameta de la plantilla profesional disponible, ya que el otro, Krsto Ljubanovic, se encuentra en su país, Montenegro, arreglando papeles. Su permiso de residencia caducó y no puede estar en España en situación irregular.

Si Javi Sánchez no se recupera a tiempo, Santi Amaro se vería obligado a alinear al juvenil Irigarai, que ya estuvo el domingo pasado en el banquillo, y tendría que convocar a otro portero de la misma categoría. Una solución, aunque muy apresurada, sería acudir al mercado para un fichaje de urgencia.

No es de extrañar que el Mérida le desee «una pronta recuperación» a su meta titular en lo que es más que una frase hecha.