Tan seguro estaba Lewis Hamilton de su ritmo, de su potencial, que no se inmutó cuando Sebastian Vettel le ganó la posición en la salida, en la frenada de esa primera curva del Circuito de las Américas llena de riesgos. Esperó cuatro vueltas para cocinar un adelantamiento sobre el alemán, de igual forma que hornea su cuarto título mundial en el mejor momento de su trayectoria, con la velocidad de siempre, pero con una solvencia nunca vista antes en el chico de Stevenage.

Aventaja ya en 66 puntos a Vettel y será campeón en la carrera de la próxima semana en México con muchas combinaciones, simplemente con entrar entre los cinco primeros. «Es mi circuito favorito, me encanta el flow de las primeras curvas, el coche ha ido muy bien y no pienso en el título, solo ganar la tres carreras que faltan», explicó Hamilton en su quinta victoria en EEUU.

Valteri Bottas y Kimi Raikkonen dieron muestra una carrera más de que están muy lejos de rendir como sus compañeros de garaje. Nunca tuvieron el ritmo de Hamilton y Vettel. Y los pilotos que sí tienen el talento, no disfrutan del monoplaza para luchar por el triunfo. Daniel Ricciardo tuvo que abandonar por una rotura de motor en su Red Bull cuando rodaba en posiciones de podio, mientras que Max Verstappen, su compañero, protagonizó la remontada del día: arrancó 16º por una sanción tras cambiar piezas en el motor y luchó por el podio con todo un Mercedes, el de Bottas, que partía tercero, y el Ferrari de Kimi Raikkonen, al que adelantó de forma magistral en la última vuelta, pero que los comisarios le arrebataron de forma injusta con una sanción de cinco segundos de la que se enteró en el antepodio.

El segundo cambio de ruedas del jovencísimo Max cuando estaba alcanzando a Bottas y Raikkonen, y a solo seis segundos de Vettel, inundó de dudas y miedo el muro de Ferrari, hasta el punto de que vieron peligrar el segundo puesto de Vettel. Lo hicieron entrar a cambiar ruedas de forma innecesaria, precipitada, mientras en Mercedes esbozaban una sonrisa. Hamilton tenía vía libre y Vettel tendría que adelantar a Bottas en pista. Pero el finlandés, en un fin de semana sin sensaciones, apenas le duró una vuelta. Tampoco fue fundamental porque Hamilton transitaba 15 segundos por delante, mientras contemplaba por las pantallas como se desesperaba su gran rival. Este debía ser el año de Vettel y Ferrari, pero se ha quedado en nada. En sus tres primeros años en el equipo italiano, Vettel no ha mejorado los números de Fernando Alonso en la Scuderia. El piloto asturiano luchó el título hasta la última carrera el primer y tercer año; Vettel nunca ha llegado a tanto.

Y ya se verá qué ocurre el próximo año. Los problemas en el motor Renault del Red Bull de Ricciardo obedecen a pruebas de rendimiento y fiabilidad para el 2018, algo que le vendrá muy bien a los dos españoles.

LA ESPERANZA DE ALONSO / Alonso -volvió a abandonar con problemas en el propulsor Honda- equipará motor Renault la próxima temporada, con la esperanza de que el chasis de McLaren rinda al nivel del Red Bull. Si es así, hay motivos para el optimismo, porque en estas últimas carreras, los Red Bull han mostrado un ritmo similar al Mercedes y Ferrari.

El chasis de la escudería Renault no está aún a la altura del Red Bull, y por eso Carlos Sainz no pudo llegar más alto con una brillantísima conducción que le llevó hasta la séptima plaza en su primera carrera con la marca del rombo. Sin probar antes el coche, sin conocer al equipo, llevó el monoplaza a la séptima posición, en la zona de puntos de los diez primeros, algo que no lograba el equipo de Enstone desde Bélgica, cuatro carreras atrás.