No es fácil en el Extremadura si repasamos sus antecedentes de las últimas temporadas, pero este año, con Manuel Mosquera al frente, la ‘Ley de la Paciencia’ se impone. Y da resultados. Tras encadenar tres victorias consecutivas, los azulgranas viven su momento más dulce desde que arrancó la temporada. Sólo Extremadura, Cadiz (líder) y Las Palmas han ganado los tres partidos de la última semana y eso ha disparado al equipo a la zona noble de la tabla.

Sin embargo, no sólo los nueve puntos en el casillero suman. También lo hace la confianza que transmiten los triunfos y respaldad el trabajo de Manuel y sus jugadores. «Esto ha sido como cuando escribes una carta a los Reyes Magos y te traen todos los regalos. Creo que la liga nos ha colocado en la situación que el equipo merecía. Habíamos sido acreedores a tener más puntos».

Manuel Franganillo, presidente del Extremadura, respira aliviado tras esta semana mágica, pero confiesa que no se planteó nunca la destitución de Manuel Mosquera: «no sólo ha sido paciencia, sino entusiasmo. Nos tiene entusiasmados a todos este equipo por su manera de jugar, de afrontar las victorias y las derrotas. El club ha estado tranquilo. Y también la afición, que no ha dejado de apoyar al club, al entrenador y a los jugadores. Otra vez, en un momento delicado, se ha creado esa comunión perfecta que en Almendralejo siempre da sus frutos. Y entre todos hemos puesto granitos de arena», reconoce.

Al presidente azulgrana le encanta la manera de ver el fútbol que tiene su entrenador y sus jugadores: «es una personalidad en el juego que viene marcada desde el inicio del campeonato. Es muy difícil jugar cómo lo hace el Extremadura. Es un sello que ha impuesto Manuel y es una manera arriesgada y valiente. Ojalá nos lleve a disfrutar y no seamos ese típico equipo que juega bien y luego no le salen las cosas»

Y es que, en cierto modo, este Extremadura evoca al ‘CF’ de los años 90 y, en cierta medida, se identifica mucho con la manera de pensar de su presidente: «al futbolista le gusta tener el balón, pero cuando no lo tiene este equipo tiene que correr como lobos. Eso es fácil decirlo, pero no hacerlo. Y claro que me identifica. Me gusta que mi equipo quiera ir siempre a más y superarse. Como siempre digo, prefiero ir adelante a verlas venir».

El Extremadura ha cobrado oxígeno en la tabla, pero es consciente de que la Segunda División no permite distracciones: «no tenemos más remedio que tener la humildad por bandera por el nivel de clubes y ciudades a los que nos enfrentamos. Otra cosa es cómo los miremos en el césped. Y ahí, este equipo, no se amilana», sentencia Franganillo.