"A veces es un poco duro, pero el día que entreno me dan facilidades y puedo salir un poco antes". Francisco Javier Liberal Camacho (Mérida, 26 de noviembre de 1985) compatibiliza su condición de profesional del Perú Cáceres Wellness, en Cáceres, y de jugador del Coria, revelación de la Tercera extremeña, con una naturalidad a prueba de ejercicio físico.

Liberal es el jefe que Rafael Rincón Rus tiene en el campo. Es el alma y el espíritu, una pieza más del puzzle perfecto que, de momento, es el cuadro celeste. Pero, ojo, su perfil de defensa expeditivo no es el del supergoleador Chema Martín, para él "el mejor jugador de todo el grupo", pero infunde respeto desde su sonrisa y desde la autoridad que le confiere un historial como futbolista que le ha llevado desde su Mérida natal y el Cacereño, en División de Honor de juveniles, el Amanecer, el Moraleja y las últimas seis temporadas en el Coria.

Trabaja en El Perú desde hace tres años este Licenciado en Ciencias del Deporte atento, educado y meticuloso en su trabajo. "Agradezco el trato", dice sobre su centro laboral. Para que su mente y su cuerpo funcionen, tiene que gustarle mucho. Y, evidentemente, sus palabras lo certifican. "Es muy exigente eso de dar varias clases y después coger el coche para viajar y entrenar", dice. Desde Cáceres a La Isla de Coria van ocho futbolistas (Pino, Carlos, Asiel, Juanki, Rubén, Jetu, Mahíllo y él mismo) y los técnicos, Rus y Antonio Frutos.

Su satisfacción tiene su argumento. "Estoy muy contento por el trato del Coria, tanto de su afición como de sus directivos. Es un club muy serio", no duda en decir. ¿Y el futuro? No descarta nada, pero sí afirma que le encanta pertenecer a su actual club por la sensibilidad que reciben él y sus compañeros.

Futuro sin pestañear

¿Y qué pasará? ¿Tendrá el Coria la fuerza de seguir entre los grandes de la Tercera? "La ilusión está ahí, por qué no. Si seguimos así, por qué no. El equipo está en una dinámica muy positiva y tenemos más seguridad que otros años. Podemos aguantar, sí", dice Liberal sin pestañear. El vestuario del Coria "es joven y se lleva bastante bien, y eso es también muy importante", añade.

Para que todo ello siga funcionando bien en lo personal hay, además del sacrificio, otras claves. "Mis familiares y mi novia Celia siempre están ahí. Vienen a verme todos los partidos y me dan todo su apoyo, y eso es de agradecer".

Los números del Coria impresionan por lo sorpresivo. Quizá para Liberal no tanto porque lo ve desde su perspectiva de veterano en el club. "En Castuera no dimos la intensidad debida, el entrenador habló y a partir de ahí todo ha cambiado", pone como ejemplo. Con su particular optimismo, transmite seguridad en lo que expresa. Como en el Coria. Como en su puesto de trabajo. Como en la vida misma.