Extremadura tiene licencia para soñar. El Badajoz confirmó su presencia en la promoción de ascenso y tiene la sana aspiración de recuperar, cuanto antes, la posición de privilegio perdida la pasada temporada. Estaba caro el billete para el asalto a la Segunda A y no fallaron los pacenses. Necesitaban ganar al Marbella y, a pesar de las ausencias forzadas, a fe que lo hicieron. Con un 3-0 se solventó el epílogo de la liga regular y ahora todas las miradas están puestas en el bombo de un sorteo en el que están depositadas todas las esperanzas del fútbol regional.

Quizás haya sido al final lo único positivo que se puede salvar de una temporada absolutamente aciaga para los intereses balompédicos de la comunidad. Y es que ni siquiera ese segundo premio de consolación, que hubiese sido histórico en un humilde como el cuadro templario y valiosísimo, le hizo un guiño a nuestro fútbol. Vamos, que el Jerez se quedó sin Copa del Rey tras empatar sin goles ante un Ceuta que llegó a la Ciudad Deportiva tras una movida semana.

MAQUILLAJE Puestos a buscar cosas positivas hay que convenir que no estuvo mal la victoria a domicilio del Extremadura en Jaén (1-2). Celebraban los azulgranas las bodas de oro de su primer ascenso a Segunda A y como epílogo se pude aplicar aquello de que menos da una piedra . Con todo, la triste, por no decir penosa, campaña del equipo almendralejense no puede esconderse detrás de paños calientes .

Y en el resto de representaciones extremeñas en este grupo IV de la Segunda B es cuando tocamos fondo. No por confirmados y asumidos fueron menos dolorosos los descensos de categoría de los históricos, alguno más que histérico en el ejercicio que termina, Cacereño, Mérida y Villanovense. Aprovechando el fin de semana se despedían de la categoria, esperemos que sólo circunstancialmente, y lo hicieron con los tres resultados posibles de un partido. Ganó el Cacereño (1-2) en su adiós a la temporada en la cancha del colista Los Palacios. Empató el Mérida ante el Linares en un partido sin goles que supo a muy poco. Al equipo emeritense se faltó estabilidad esta campaña y necesita una solución de urgencia en lo institucional. Y el Villanovense cayó en Melilla por la mínima (3-2). Y lo hizo aferrado a la dignidad que ha presidido sus partidos en las últimas jornadas aunque alguno no sepa entenderlo bien.