Leonardo Piepoli, del Saunier Duval, fue el más fuerte en medio del primer duelo de los favoritos en la montaña y se adjudicó la novena etapa disputada entre Xátiva y el Alto de Aitana, de 162 kilómetros, en la que Landis logró mantener el jersey oro.

Piepoli por fin pudo estrenar a sus 32 años el palmarés en una de las grandes, y lo hizo en su terreno y en la primera llegada en alto de la Vuelta. Aventajó en 4 segundos a Roberto Heras y en 10 a Isidro Nozal, segundo y tercero respectivamente. A continuación llegaron Paco Mancebo a 15, Jorge Ferrio a 25 y Alejandro Valverde a 29. Pequeñas diferencias después de una dura batalla en los 13 kilómetros de ascenso a Aitana. Más alejados y ya descartados para la lucha final arribaron como damnificados Oscar Sevilla, a 6.10, Tyler Hamilton, a 10.52, en claro hundimiento del Phonak, Beloki perdió 19.53 y Haimar Zubeldia y Vinokurov 12 cada uno. El cuadro de favoritos se redujo a media docena que quedaron comprimidos en menos de un minuto en espera del futuro.

AUN LIDER Landis llegó a 55 segundos de Piepoli, pero mantuvo la prenda dorada un día más, su compañero Beltrán le sigue a medio minuto y Mancebo a 38 segundos. Nozal, Valverde y Heras les siguen en un margen de apenas 40 segundos. Entre los grandes jerarcas de la carrera Heras le ganó la partida a Valverde, pero con mínimos beneficios: 25 segundos de reducción, pero se vio que el último vencedor de la Vuelta cuenta con equipo, sobre todo con Nozal, para los momentos delicados, no así el murciano del CV Kelme, quien sudó tinta, aislado, antes de su meritoria reacción final.

La etapa destiló dura batalla desde el principio. Un recorrido exigente, con 7 puertos, con pocos momentos para el respiro, donde se retiraron 13 corredores y se multiplicaron las caídas.

Isidro Nozal, enorme, sacó del cuadro a Valverde, a Mancebo, a Menchov, a todos los enemigos directos de Heras, quien arrancó con fuerza a 3 kilómetros de meta. Solo se le pegó Piepoli, un grimpeur de postín . Aprovechó el trabajo del Liberty y jugó su infalible carta a 1 km de meta. Plantó a Heras y tuvo tiempo de arreglarse para entrar sin agobios en meta, a lo campeón y disfrutando de su primer momento dulce en una de las grandes. Por detrás los favoritos se fajaban por un puñado de segundos.