En el Cacereño todavía se frotan los ojos con lo sucedido el viernes en Azuaga. El 4-0 encajado ha escocido más que ninguna otra derrota de la temporada, aunque desde luego tiene remedio. De hecho, hasta retendría el liderato en el caso de que el Moralo no consiga ganar al Calamonte esta tarde en el último partido de la jornada.

La explicación que se ha dado desde el equipo a lo sucedido resulta, como mínimo, lineal. Tanto el entrenador, Ximo Mas, como el jugador Luismi coinciden en que el 1-0 del Azuaga cambió el guion previsto después de un primer tramo de 20 minutos en el que el Cacereño tenía controlada la situación.

Luego Mas se refirió a que el 2-0, logrado en el minuto 40 de penalti, había condicionado la segunda parte. Esa decisión arbitral fue protestada por los verdes y Luismi dijo abiertamente que había sido injusto.

«El Azuaga es un buen equipo, con jugadores experimentados», zanjó Mas, que sostuvo que el 4-0 final había resultado «demasiado abultado». También se puso como deberes para la próxima semana trabajar más la defensa de jugadas de estrategia: en los dos últimos encuentros se han encajado goles así. «Ha sido un despiste», comentó sobre el 3-0.

También se mencionó el disparo al larguero de Fran Viñuela cuando el resultado era todavía de 0-0. «Si hubiera entrado quizás todo hubiera cambiado», manifestó Luismi, que se unió a la propuesta de hacer propósito de enmienda y no estar demasiado pendiente de lo que haga hoy el Moralo. «Después de perder 4-0 tienes que pensar en ti mismo, no en lo que hagan los demás», apostilló.

La otra cara la puso el entrenador del Azuaga, Antonio Álvarez ‘Ito’. «Ha sido un partido disputado ante un buen equipo. Se nos ha puesto a favor tras resolver nuestras dos primeras acciones de gol. Con el 2-0 hemos estado más a gusto con espacios. Ya que no nos jugamos nada, los partidos ante los equipos de arriba nos tienen que motivar, que se vea que no tenemos malos jugadores. Debemos mantener la tensión», dijo.