En su mejor momento de forma de la temporada, con un balance casi inmejorable de 19 triunfos y una sola derrota y ya con la clasificación para la fase de ascenso en el bolsillo, el Al-Qazeres no quiere que su ambición se frente en la visita al Araski de Vitoria (19.00 horas).

Prolongar la racha positiva daría prácticamente el primer puesto de la liga regular en el grupo A de la LF-2 a las cacereñas. Ese es el estímulo, así como seguir mandando mensajes intimidatorios de cara al momento supremo del año: cuando se jueguen las plazas para estar en la Liga Femenina.

Debutará Leia Dongue, que se incorporó el martes e intenta adaptarse lo más rápidamente posible. Su nuevo entrenador, Jacinto Carbajal, parece contento con lo que ha visto hasta ahora, aunque los entrenamientos se hayan relantizado un poco al tener que enseñarle los sistemas básicos a la recién llegada. "Es una buena jugadora y tiene muchas ganas. A ver si tarda lo menos posible en acoplarse", dijo sobre la pívot mozambiqueña.

Ayudará durante algunos minutos frente a un Araski que se ha situado poco a poco en el tercer puesto. La semana pasada vio rota su racha de once victorias consecutivas, pero se está mostrando muy solvente. "Juegan muy bien y no dependen de nadie. El nivel de sus extranjeras es similar al del bloque de nacionales", analizó Carbajal, que habló de un partido "con aires de fase".

En el ambiente está la posibilidad de que el Al-Qazeres solicite precisamente la organización de esa decisiva última competición. Carbajal fue profundamente ambiguo cuando se le preguntó si estaba a favor de ello: "No depende de mí. Si el club se pronuncia así, lo apoyaremos, pero la verdad es que nos da bastante igual. Si es aquí, estupendo. Si es fuera, a intentar ascender fuera igual", respondió.

En el horizonte lejano está la Liga Femenina, un lugar al que regresar. "Si lo conseguimos, tendríamos más experiencia a la hora de acometer el reto, pero queda mucho para eso. Tenemos un partido ya", apuntó Carbajal antes de viajar al norte.