Rusia ha sido apercibida en numerosas ocasiones por los comportamientos, cánticos y eslóganes racistas de algunas hinchadas durante los partidos de fútbol. Sin embargo, el hockey sobre hielo, probablemente el deporte nacional ruso, había permanecido hasta el pasado miércoles al margen de semejantes polémicas.

La Liga Continental de Hockey (KHL, por sus siglas en inglés), la segunda competición en importancia del mundo tras la Liga Nacional Norteamericana de Hockey (NHL), que agrupa a 28 equipos procedentes de seis países europeos y asiáticos, ha impuesto este viernes una multa de 700.000 rublos (unos9.100 dólares) al Spartak de Moscú debido a que durante el partido celebrado esta semana en la capital rusa con el Medveskak de Zágreb, desde las gradas se lanzaron dos bananas al hielo. En el equipo croata juega Edwin Hedberg, un sueco de origen colombiano de raza negra, considerado la víctima de la ofensa racista.

DISCULPAS DEL SPARTAK

"La liga establece que la incitación al odio racial, étnico onacional es inadmisible, los aficionados deben comportarse de forma adecuada", ha proclamado un comunicado emitido por la KHL. El club ruso ha presentado sus disculpas ante el Medveskak y ante el propio jugador, al tiempo que ha prometido llevar ante la "justica rusa" a los dos culpables, a quienes asegura haber identificado mediante las cámaras de las instalaciones.

El problema del racismo entre las hinchadas preocupa especialmente a las autoridades internacionales del deporte ante la próxima celebración en Rusia, en el 2018, de la Copa del Mundo de Fútbol. Alekséi Smertin, ex capitán de la selección nacional rusa, que jugó en el Chelsea y en el Portsmouth y actualmente directivo del club Dinamo de Moscú, declaró a la BBC que "no existe racismo en Rusia", y que los aficionados se meten "con los oponentes, no las personas". Sin embargo, la organización Fútbol contra el Racismo en Europa (FARE) llegó a documentar en dos temporadas un centenar de incidentes.