Impresionante guerra la que tienen montada en el tenis de mesa extremeño. El pasado viernes la asamblea general de la Federación Extremeña acabó incluso con agresiones entre los principales protagonistas de la historia. El presidente, Miguel Angel Fernández Rebollo, no estuvo presente, pero se anunció la dimisión de su junta directiva.

La historia surge del enfrentamiento entre los responsables federativos de los últimos años, liderados por Fernández Rebollo, y un grupo de clubs descontentos con su gestión. A la dimisionaria directiva la han acusado de un hacer desaparecer 60.000 euros de la caja de la federación y de intentar amañar las últimas elecciones en dos ocasiones.

Tensión y desencuentros

A los críticos los encabeza José Luis Pérez Rodrigo, presidente del Almaraz, que se expresa en términos muy duros en contra de Fernández Rebollo y su equipo de colaboradores, entre los que se encuentran históricos del tenis de mesa regional como Abilio Cruz. "Cuando las ratas abandonan el barco es porque éste hace aguas por todos lados. En la Federación Extremeña ha ocurrido lo mismo: todos dimiten, aunque hay una diferencia esencial entre las ratas y las personas, ya que las primeras no tienen conocimiento de causa", afirma en un escrito remitido a EL PERIODICO. En éste también se explicitan los intentos de "pucherazo electoral" y el "desfalco" que supuestamente ha cometido la directiva.

El presidente de la Federación Extremeña niega estas acusaciones. Desde su equipo se apela a que las razones del endeudamiento de la entidad --según sus cifras, de unos 25.000 euros-- se deben al "recorte de las ayudas, a las promesas que no ha cumplido la Junta y a los retrasos en cobrar sus subvenciones", así como a la "imposibilidad de justificar el sueldo del cargo del director técnico, Abilio Cruz".

La situación queda ahora en suspenso. Los clubs críticos han pedido la intervención de la dirección general de Deportes.