Lisardo Gómez trabaja estos días para intentar desactivar el sudoku del Cáceres de Carlos Frade. Así ve el pasado, presente y futuro de la eliminatoria el técnico del Leche Río Breogán.

--El 1-1 para afrontar los dos partidos de Cáceres no era lo que esperaban antes de iniciar la serie, pero al Breogán se le imagina aliviado por ganar el domingo...

--Lo que sí sabíamos era que la eliminatoria iba a ser muy igualada. Cuando se supo el cruce no queríamos a Cáceres ni en pintura porque es uno de los equipos más físicos de la liga y estaba atravesando un gran momento de juego y resultados. Obviamente, el 1-1 no es lo que deseábamos, pero viendo cómo está siendo, sobre todo tras el batacazo que recibimos en el primero, estamos más calmados. La intención es ir a Cáceres para conseguir como mínimo una victoria para asegurarnos volver a Lugo.

--¿Cáceres es ahora favorito?

--La ventaja campo es importante. Al principio dije que nosotros éramos favoritos simplemente porque nosotros la teníamos. Ahora es de ellos, pero como se ha demostrado en casi todas las eliminatorias, todo va a ser muy igualado. Es una pequeña ventaja la que tienen, con el público y el ambiente que hay allí, pero al final son cinco contra cinco.

--¿Le ha sorprendido algo a nivel táctico?

--Siempre hay cosas. Imaginábamos que podían hacer defensa zonal. Nosotros también podemos cambiar algún detalle. Somos dos equipos físicos, que trabajan mucho el tema del scouting , y que está habiendo una guerra táctica muy chula, como dice Carlos Frade. Los dos tenemos un arsenal importante.

--Está siendo una serie sin tensión fuera de la pista, sin 'piques' ni malos gestos...

--Es normal que de vez en cuando haya algún roce en algún partido. Es baloncesto, un deporte de contacto y es normal que se vaya al límite. Pero nada tiene que salirse de madre. No ha habido declaraciones feas de nadie porque no hay motivos para eso. La afición de Lugo se ha comportado muy correctamente y estoy seguro que allí va a pasar lo mismo. También es una hinchada con muchos años de experiencia. Vamos a vivir un muy buen ambiente.

--El cambio en el rebote de su equipo del primer al segundo partido, ¿a qué se debe?

--A estas alturas nada se deja al azar ni a las ganas que puedan tener los jugadores. Todo es entrenable. Como en casi todos los partidos, la batalla debajo de los tableros es muy importante, aunque parezca que el peso de la eliminatoria lo llevan los exteriores.

--Concentró usted mucho los minutos en pocos jugadores el domingo. ¿No teme sobrecargarlos?

--En el primer partido el rendimiento de algunos jugadores nuestros no fue el esperado y tuvo que haber rotaciones. Va a ser una eliminatoria larga en la que debemos contar con todos en pista, aunque el domingo no era el día para ello. Para nosotros era una final, porque ir a Cáceres con un 0-2 hubiese sido definitivo. No hay nada fijo. Hay jugadores que no aparecen, pero que al final pueden ser decisivos. La mayoría de los míos está trabajando al 100%. Pero en los momentos importantes van a jugar los de más peso. Eso es lógico.