Algunos jugadores del Extremadura ya se van haciendo a la idea de que la vuelta a los entrenamientos es una realidad. Saben que, para entidades modestas en Segunda como el Extremadura, cumplir con la exigencia y rigurosidad del protocolo sanitario de LaLiga es una utopía, pero se preparan para llevarlo de la mejor manera y, sobre todo, conscientes de lo que se juegan en caso de que la competición finalmente se active.

Uno de los capitanes, Ale Díez, asegura estar preparado mentalmente para volver. «Desde el primer día tengo la mente puesta en que la liga se iba a reanudar. Me estoy cuidando como nunca y hasta he llegado a pasar hambre en estos días. Quiero llegar lo mejor posible».

El plantel es consciente de que la próxima semana tendrá que someterse a los test PCR antes de la vuelta a los entrenamientos en la ciudad deportiva. Ale Díez señala que gran parte del plantel es de la filosofía de Manuel: «Soluciones antes que problemas». Y tiene claro que «seguramente tengamos que ir en individual, de dos en dos y, quizá, ducharnos en casa. Pues si tengo que irme a duchar a casa, no habrá problema. Estamos para aportar lo mejor de nosotros».

El defensor azulgrana se ha postulado a favor de jugar. «Yo entiendo y respeto la opinión de todos. Escuché a Fali, del Cádiz, y tengo una opinión distinta. Pero ojo, le entiendo. Los jugadores pedimos responsabilidades y eso es lo que creo que nos tienen que aportar los expertos en Sanidad». Para Ale Díez, el fútbol es algo esencial para la recuperación económica del país: «Da de comer a casi 200.000 personas, pero también considero que dependemos de Sanidad y el Gobierno. Si nos aseguran la salud, acataremos las normas y haremos nuestro trabajo».

Jugar una liga que parecerá casi como un mundial es un reto muy atractivo. «Sabemos que es una liga nueva de 33 puntos y que la tenemos que ganar para salvarnos. Los equipos que lleguen mejor físicamente tendrán mucho ganado».

Sobre cómo está mentalmente después de casi dos meses sin salir de casa, la reflexión de Ale Díez es muy sincera. «Me he ido amoldando bien a las rutinas. Valoro mucho lo afortunado que soy en estos tiempos de crisis sanitaria y económica. Mi familia, mis amigos, mis abuelos y yo estamos todos muy bien y, además, tengo trabajo. No seré yo quien me queje ahora».

Ale Díez no se muerde la lengua: «Soy el primero que pienso que el Gobierno no ha hecho las cosas bien y que esta crisis se podía haber atajado antes, pero no es momento de estar criticando ahora todo lo que se decida. Debemos aportar cada uno le mejor que tiene y acatar las decisiones que se tomen para volver cuanto antes a la normalidad». RODRIGO MORÁN