«Puede haber la percepción desde Europa que nuestro futbol está por encima del resto del mundo, pero esto no significa nada». Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, dedicó las horas previas a la final del Mundial de Clubs ante el Flamengo de este sábado (16.30 horas) a advertir sobre la calidad de los brasileños: «Nuestro rival no está acostumbrado a perder partidos». Razón no le falta. Han perdido solo en tres de sus últimos 29, ganando el título doméstico y la Copa Libertadores en el último mes.

A diferencia del Liverpool, a los brasileños les beneficia el calendario, con la temporada ya terminada. En Flamengo no se olvida la victoria sobre los ingleses en la Intercontinental del 81, cuando la generación de oro liderada por Zico humilló los reds en Tokio por 0-3. El Mundial no tiene un gran prestigio en las islas, pero la ausencia del trofeo en las vitrinas del Liverpool lo cambia todo.

«VEREMOS QUIÉN ES SUPERIOR» / «Podemos notar la tensión del momento, sabemos que es nuestra gran oportunidad», dijo Klopp, que intenta incluso rebajar las expectativas. «Es cierto que nunca he jugado contra un equipo del Brasil, pero el Flamengo tampoco contra un equipo como este Liverpool», añadió. La amenaza de Gabigol y su pareja ofensiva, Bruno Henrique, son los principales argumentos del Flamengo para un Klopp que ha dejado en el aire el retorno de Vigil Van Dijk en el eje de la defensa, ausente en la semifinal por enfermedad. También será duda hasta última hora Wijnaldum.

Pero las bajas no son excusa. El Liverpool va disparado en la liga con cifras estratosféricas. Desde la derrota en la FA Cup del pasado 7 de enero, los ingleses han perdido solo tres de sus últimos 52 encuentros en todas las competiciones. Y si el Flamengo ganó la Libertadores con dos goles en los últimos minutos, en Anfield la remontada es lo normal. Este parece el año del Liverpool. Ganando incluso en los malos días y mostrando la fiabilidad de los campeones.