La hora de la verdad. Todo o nada. Naufragar irremediablemente o salvar un campeonato que ha comenzado torcido pero que todavía se puede enderezar con un esprint desesperado en un largo fin de semana que parece propicio para el éxito. La selección cruzó ayer el ecuador de los primeros Europeos que juega en casa con un cero rotundo en el casillero de medallas. Pero España todavía tiene capacidad de reacción, ya que en estos tres días aparecerán las mejores bazas del equipo.

Las 15 medallas que hubieran significado igualar la plusmarca del 2002 en Múnich ya son inalcanzables, pero el pesimismo todavía no se ha adueñado irremediablemente del combinado local. "Espero que la diosa fortuna nos sonría un poco más y lleguen los resultados que esta selección merece", dijo ayer poéticamente el simbólico capitán del equipo, el lanzador de peso Manuel Martínez. Hará falta fortuna, sin duda, pero también más acierto de unos atletas que hasta el momento han competido, en muchos casos, por debajo de su nivel. La tendencia podría cambiar hoy mismo con las finales con presencia de pesos pesados. Marta Domínguez (3.000 obstáculos, 20.25 horas), Mayte Martínez (800, 21.50 h.), Reyes Estévez, Arturo Casado y Manuel Olmedo (1.500, 22.00 h.) y Jesús Angel García Bragado (50 km. marcha, 7.35 h.) deben derribar definitivamente el muro que ha separado al equipo del podio. La medalla número 100 de España en grandes campeonatos (53 en Europeos, 35 en Mundiales y 11 en Juegos Olímpicos) se resistió hasta ayer, pero ya no puede demorarse más.

Marta Domínguez, motivada como siempre, es la actual campeona del mundo de su prueba y persigue su cuarta medalla consecutiva en los Europeos, y la tercera seguida de oro, tras dos títulos de 5.000 metros. Es el único participante en Barcelona que puede completar ese triplete. Hoy tendrá en la rusa Yuliya Zarudneva a la rival de más entidad, pero la palentina sale con la mejor marca del año y una moral de hierro pese a jugar al despiste tras la semifinal y decir que no había tenido "buenas sensaciones".

La final de 1.500 será el otro plato fuerte del día. Es la distancia talismán del atletismo español, pero en los Mundiales del año pasado ninguno de los tres representantes accedió a la final, por primera vez en muchos años. Aquí, en cambio, estarán los tres, y con muchas opciones tras el recital que dieron en las semifinales.