En el colegio eligió natación como primera opción, pero con dos padres que se habían dedicado al baloncesto su destino estaba marcado por el deporte de la canasta. En sus 7 años de trayectoria sólo ha pertenecido a un club: el Femenino Cáceres. Esta está siendo la temporada de su definitiva consagración en el equipo.

--La del sábado fue una victoria vital para romper la dinámica del equipo.

--Sí, fue una alegría. No podíamos más. No sabíamos qué nos estaba pasando y en el vestuario llegamos a preguntarnos si valíamos para esto. Eso sirvió para unirnos más e ir todas a una para cambiar las cosas.

-La base titular, Toñi Hernández, estaba lesionada y fuiste tú la que llevaste la dirección del equipo siendo escolta.

--Ha sido una responsabilidad, pero Jacinto Carbajal preparó el partido con tres jugadoras que podíamos subir el balón.

--9 puntos y 10 rebotes. ¿Estás satisfecha de tu rendimiento?

--Si. Todo salió bastante bien.

--¿Qué se os pasó por la cabeza durante esa fase de derrotas?

-Lo estábamos haciendo mal y no lo entendíamos. Llegamos a desesperarnos porque no era normal perder tantos partidos. Pero, el ambiente del vestuario era muy bueno, trabajábamos bien... Era mala suerte, cuestión de rachas.

--¿Qué os decía en esos momentos el entrenador?

--Ha tenido mucha psicología. Nos animaba constantemente, continuabamos trabajando para mejorar. Nos recordaba la racha de partidos ganados al principio de la Liga y nos decía que teníamos que volver a jugar como entonces.

--¿Tanto se notaron las bajas?

--Si, se notaron. Fueron varias y muy seguidas. La baja de Eva Lozano se ha notado mucho. Fíjate que ha vuelto y el sábado anotó 36 puntos.

--Son las desventajas de tener una plantilla tan corta.

--Si, pero por otra parte es beneficioso para la cantera. Con una plantilla corta todas tenemos más opciones de jugar minutos.

--¿Llegasteis a pensar que las cuatro victorias consecutivas del inicio de temporada habían sido un espejismo?

--No. Esas victorias llegaron porque trabajamos muchísimo y tuvimos algo de suerte. También influyó que todas las jugadoras nos conocíamos y sabíamos cómo jugábamos. Otros equipos tuvieron que acoplarse y eso lo aprovechamos nosotras.

--Habeis pasado del cielo al infierno en ocho partidos. Después de dos rachas radicalmente enfrentadas, ¿cuál es el objetivo?

--Seguir ganando. Y continuar trabajando cada semana. Podemos perder, pero tenemos que dar la cara en todos los partidos Y, personalmente, me gustaría quedar de la mitad de la tabla para arriba.