Los Europeos de atletismo arrancan hoy en Berlín con la ronda de clasificación de lanzamiento de martillo. Javier Cienfuegos (Montijo, 15-7-1990) parte a las 16.05 horas con esperanzas de entrar en la final del miércoles, al igual que sucedió hace dos años en Amsterdam, cuando fue duodécimo. El gran dominador de su disciplina a nivel nacional durante la última década dice que llega mejor que nunca. Lo hace después de una época difícil, en la que tuvo que ser operado de una hernia en la espalda. Desde la grada le estarán apoyando sus familiares y amigos y contará con el apoyo de su inseparable entrenador, Antonio Fuentes.

-Quizás llega en su mejor momento de los últimos años…

-Quizás no: seguro que en el mejor después de haber hecho el récord de los Campeonatos de España con 76,10 en Getafe. Esta temporada hemos tenido una preparación un poco más corta por la lesión que sufrí el año pasado. Han salido así las cosas y no podemos cambiarlas. Voy contento e ilusionado en entrar en la final.

-Ya en el Europeo de Amsterdam hace dos años se quitó el estigma de no haber pasado nunca de la clasificación…

-Fue como una descarga, sí. Fue muy especial por la manera en la que se produjo: primero estaba dentro, luego fuera y en el último tiro me metí de nuevo. Nunca se sabe en esto porque tuve peor marca que en otros Europeos. Yo prefiero pescar en río revuelto y es lo que pasó allí: llovía y no hacía muy buen tiempo. Siempre soy muy regular y eso me da confianza.

-¿Es diferente competir en una gran cita como esta que cuando hay unos pocos cientos de personas en la grada?

-Todo el mundo que vamos es porque te has ganado la plaza. Todos queremos lanzar mucho, saltar mucho, correr mucho. Luego allí ya puedes tener un mal día. A mí me ha pasado que he tenido una molestia de última hora y me he tenido que callar para que no pareciese que ponía excusas. Otras veces he competido fatal, otras lo he hecho bien y no he pasado a la final… Muchas veces en este país tenemos lo de la ‘medallitis’ cuando a los pocos días, consigas lo que consigas, se ha olvidado.

-Deja ‘abandonado’ por unos días su nuevo trabajo como preparador físico del Montijo, de Tercera División.

-Desde el primer momento me pusieron muy buenas condiciones en el caso de coincidir con una competición. Es un equipo que no es profesional, en el que todo el mundo tiene su trabajo aparte, y se entrena a las nueve de la noche. Le he dejado la planificación bien ‘mascadita’ a [José Manuel] Romero, el entrenador. Eso sí: hubiese preferido empezar la liga con un rival menos fuerte que el que nos ha tocado: el Mérida.

-Su primera gran cita internacional absoluta fue también en Berlín, en 2009, con el Mundial. ¿Es el mismo Javier Cienfuegos que entonces?

-Como es lógico, algo hemos cambiado, sí. Pero sobre todo es especial porque en Alemania se vive mucho el atletismo y la ciudad en sí se vuelca. La organización es sencilla, pero productiva. Te tratan bien, aunque sin súper lujos ni es algo ostentoso. Para mí es una maravilla.

-¿Se atreve decir en cuánto va a estar entrar en la final?

-Si todo va bien, alrededor de 74 metros o 74,50. En las últimas competiciones he hecho buenos tiros en los tres primeros lanzamientos y los entrenamientos están saliendo bien. Tenemos que estar ahí si todo va bien.

-Se le ve con mucha confianza en sus posibilidades…

-Fue un cambio brusco el año pasado cuando mi entrenador [Antonio Fuentes] y yo empezamos a trabajar con Carlos Burón y se entendieron bien. Confío mucho tanto en uno como en otro. Era lo que me faltaba. También salió bien la operación que tuve en la espalda y eso me facilitó corregir algunos gestos técnicos.

-Tener tres extremeños en Berlín es un lujo…

-Se dice pronto, pero es muy difícil meter a tantos atletas de una comunidad así en un Europeo. Antes del 2009 hay pocos precedentes y ahora en cada gran competición estamos Álvaro [Martín] y yo seguro. Es casi una obligación estar, pero cuesta mucho estar aquí. Son muchas horas de trabajo. La pena es que no haya venido también con nosotros Tere Urbina, que había hecho la mínima para 3.000 metros obstáculos y lo merecía, pero al final se ha quedado fuera.