Heras ya está en la historia del ciclismo español con su tercera victoria en la Vuelta, algo que hasta ayer sólo había conseguido el suizo Tony Rominger. El ciclista de Béjar (21-02-74) se encontraba a la altura de los míticos Julián Berrendero, el negro de ojos azules; José Manuel Fuente, Tarangu ; Luis Ocaña, el francés , y Pedro Delgado, Perico . Heras no tiene apodo, pero sí un lugar más elevado que nadie en la historia de la Vuelta.

Roberto Heras vive un idilio con el ciclismo, le gusta todo lo que tiene que ver con las bicis e incluso afirma que le gustaría seguir viviendo de esto cuando se retire. Pero mientras tanto lleva disfrutando de ella desde que era un crío y compitiendo desde los 14 años. Es un loco de este deporte. "A los 14 años me federé, aunque antes ya andaba en bici con los amigos e iba a dar vueltas por las carreteras de Béjar", cuenta el líder del Liberty. Por aquellas empinadas carreteras aprendió el oficio de escalador, una especie destacada en España. Unas aptitudes que estrenó en la Vuelta del 97 con su primer triunfo en Morredero, en la segunda temporada como profesional.

Al año siguiente repitió triunfo en la Vuelta y acabó sexto en la general. En 1999 lo descubrieron en Italia, donde se clasificó quinto tras ganar el día grande de esa edición, en un atracón dolomítico con final en Aprica, que incluía el traicionero Gavia y el terrible Mortirolo. Además, por primera vez alcanzó el podio en la Vuelta como tercero,, el año que ganó Ullrich. A partir de entonces, relevo natural de Escartín se convirtió en el líder del Kelme.

LA VUELTA Su explosión definitiva se produjo en la Vuelta de 2000. Angel Casero fue su rival más peligroso, pero en la tortura del Angliru, donde ganó Simoni, Heras dejó casi sentenciada la carrera ya con el maillot amarillo en su poder

Con su fichaje por el US-Postal de Lance Armstrong, Heras canjeó la gloria personal por el bienestar de su familia y sacrificó, al menos temporalmente, sus sueños románticos del Tour y se convirtió en un trabajador para el número uno mundial, pero aún guardaba fuerzas para enfrentarse a la Vuelta en septiembre. En 2003 volvía a ser el maillot oro de la ronda española.

Y Heras se ha desfogado, y bien, en la Vuelta, con tres triunfos absolutos y ocho etapas de lujo. Ya con la camiseta del Liberty fracasó en la última edición de la Grande Boucle , pero salvó su examen final en septiembre.