CACERES 2016 - 82: Cherry (8), Xavier (6), Francis Sánchez (7), (24), Humphrey (15) --cinco inicial-- Mediano (5), Filiberto (0), Sanguino (8), Gómez (0), Lucio Angulo (0), Koffi (6), Xavier (6).

BALONCESTO LEON - 70: Calvo (4), Quezada (4), Julio González (6), Jorge García (16), Seawright (14) --cinco inicial-- Bernabé (7), Carlos Fernández (0), Fontet (15), Múgica (4).

MARCADOR POR CUARTOS: 18-15, 44-25 (descanso), 64-47 y 82-70.

ARBITROS: González Zumajo y Fernández Sánchez. Eliminados: Seawright (m. 34) y García (m. 36). El entrenador visitante, Javier de Grado, fue descalificado por doble técnica (m. 36).

Hay partidos a los que les bastan 20 minutos para conocer su desenlace, en los que la segunda mitad sobra por completo. Es el caso del Cáceres 2016-León de anoche, ventilado por los extremeños por 82-70 tras dejarlo totalmente sentenciado al descanso (44-25). Nuevo golpe de autoridad del conjunto de Gustavo Aranzana en casa, que deberá aplicarse fuera para ser alguien en esta liga.

Un primoroso segundo cuarto dejó las cosas en su sitio. Si ya el León --que está completando una excelente temporada-- es un equipo corto en efectivos, más endeble resulta cuando le quitas a su mejor anotador, Franco Rocchia, y su base titular, Juanjo Bernabé, anda renqueante. El Cáceres se aprovechó muy bien de ello practicando un baloncesto espectacular y efectivo, en el que todos aportaron en la medida de lo posible.

DESPEGUE BRUTAL Hizo bien en ser contundente el equipo local cuando olió la sangre de su oponente. De hecho, el primer cuarto había resultado más bien insatisfactorio (18-15). No bastaba con la sensación de superioridad interior y exterior. Había que refrendarla con un buen crochet en la mandíbula. Y es a lo que se aplicaron el timón de Carlos Cherry, la manita de José Angel Antelo (24 puntos y 10 rebotes en 26 minutos), la emotividad de Juan Sanguino y la omnipresencia de Ryan Humphrey. Pero el trabajo fue coral en el aspecto más importante: la defensa. Los visitantes se quedaron en 10 puntos en el segundo cuarto y ahí se acabó la historia.

A esas alturas ya había debutado Francis Koffi, que dio lo que se esperaba de él: quizás es pequeño para jugar por dentro, pero muy rocoso y con algún movimiento interesante debajo de canasta. Restar, no restará, eso seguro, y que nadie se sorprenda si va renovando sus contratos.

El León tuvo un último ataque de orgullo y, amparándose en una zonita , llegó a ponerse a 8 puntos (55-47, min. 28). Preocupante... relativamente. El Cáceres volvió a apretar el acelerador y cerró el tercer cuarto de nuevo desahogado (64-47). Quizás estuvo bien esa pequeña pimienta, porque el partido tenía mucha pinta de languidecer.

El showtime volvió en los últimos minutos, se consiguió un buen average y hasta jugaron Chema Gómez y Filiberto. ¿Qué más se podía pedir?