El sueño olímpico de Londres se ha convertido en una pesadilla. La recesión económica puede tener un gran impacto en la organización de los Juegos del 2012. Las autoridades británicas han comenzado a estudiar la manera de reducir un presupuesto de 12.000 millones de euros que, en plena crisis, resulta escandaloso.

Las circunstancias son ahora muy diferentes a las que había hace tres años, cuando Tony Blair coronó su mandato llevándose inesperadamente la organización de los JJOO. La crisis ha golpeado a las compañías privadas involucradas en los trabajos de construcción, que tienen grandes dificultades para lograr los créditos que necesitan. De momento hay un déficit de 650 millones de euros, que debe cubrir el fondo de contingencia del Gobierno.

Las autoridades decidirán a principios del próximo año si renuncian a algunos de los planes previstos. Entre las ideas que se barajan está la de eliminar unas instalaciones temporales cerca del O2 en Greenwich, lo que supondría un ahorro de 50 millones de euros. Las competiciones de bádminton y gimnasia rítmica, que debían tener lugar en ese estadio, pasarían al centro Excel en los Docklands y a Wembley.

La consultora KPMG está estudiando recolocar el centro ecuestre y las pruebas de tiro. El ministro de Finanzas, Alistair Darling, ha cuestionado además la construcción de un pabellón para el baloncesto. BEGOÑA ARCE