Pocos saben que el nuevo entrenador del Real Madrid --interino, a la espera de ver cómo aterriza en la primera plantilla-- tiene un pasado en Extremadura. Juan Ramón Caro (Sevilla, 23-3-63) jugó en el Cacereño en la temporada 81-82, un peldaño en su gris carrera como futbolista que se frustró pronto.

El dato lo reveló ayer la Cadena Cope Cáceres. López Caro, conocido futbolísticamente por su nombre de pila, llegó iniciada la temporada al club del Príncipe Felipe, cedido por el Betis. En el equipo verde apenas dispuso de minutos: era muy joven y no pudo hacerse con un hueco en una de las plantillas con mayor calidad de los últimos 25 años. El portero Soto, los defensas Emilio, Camino y Sarretea, los centrocampistas Zubitur y Blanco y los delanteros Oliva, José Luis, Mulas y un jovencísimo Manolo eran los referentes de un conjunto que luchó hasta el final por el ascenso a Segunda División B, pero que a última hora fue derrotado por el Osasuna Promesas en la liguilla decisiva.

Juan Ramón jugaba como centrocampista por la izquierda y su llegada se justificó por la obligatoriedad entonces de disponer de al menos dos jugadores sub-20 en el once inicial. Sin embargo, esas posiciones las ocupaban normalmente el lateral derecho Casquero y Manolo, que por entonces sólo tenía 16 años.

No dejó huella y poco después abandonó los terrenos de juego para centrarse en su carrera como entrenador. Ya en los banquillos regresó al Príncipe Felipe dirigiendo al Melilla en la temporada 98-99, recordando en la rueda de prensa posterior al encuentro que él había jugado en ese campo. Su equipo venció 1-2.

GRAN OCASION López Caro agradeció ayer en Atenas la confianza que deposita en él la directiva blanca. "Estoy muy ilusionado, muy agradecido por la confianza que me ofrece el club. A partir de este momento, con una enorme responsabilidad por mis competencias, para poder definir clarísimamente mi trabajo en cuanto a mi profesionalidad. A ver si puedo aprovechar esta oportunidad".

Según dijo, no piensa en el tiempo que permanecerá en el cargo --"no depende de mí"-- y admitió que comienza a vivir un sueño. "La vida cambia mucho en 24 horas", apostilló.