Sargento Lorenzo. Cabo Márquez. Sergeant Peppers , el jefe de los Beatles. Cabo Rusty, el amo de Rin-Tin-Tin . Dos maneras de vivir, dos estilos de pilotar, dos modos de ganar, dos tipos arrolladores, fogosos, espectaculares. Las motos no podían regresar de modo más brillante, más apasionante, más hermoso y divertido a una de sus cunas, a Silverstone, un trazado que precisa de alma, corazón y vida para ganar. Y así lo hicieron, cada uno a su modo, Jorge Lorenzo y Marc Márquez, éste llevando a su lado a un mordedor y combativo Rin-Tin-Tin , un perro de presa como pocos, un valiente y bravo Pol Espargaró, que pudo conformarse con el segundo puesto pero que, y eso le honra, y mucho, peleó por la victoria de 125cc hasta la última curva.

HOMENAJE A LOS BEATLES Hizo frío en Inglaterra, poco sol en Silverstone, pero todo lo que ocurrió en la vista se vivió con calor, con fuego. Fueron carreras de alta temperatura. Lo mejor, lo más vistoso, lo más hermoso de la categoría reina, ocurrió, como no, a espaldas de Lorenzo, que acabó vestido con la casaca de Paul McCartney para homenajear a los Beatles en su tierra "aunque yo no los llevo en mi iPod". Su chófer y amigo Carlos Gil, su hermano Toni y Marco Benaglio, empleado de Yamaha, completaron el cuarteto de Liverpool después de que Lorenzo interpretase desde la primera vuelta un concierto sinfónico.

"No quería que se repitiera lo de Mugello donde, tras despistarme por la lesión de Rossi, Pedrosa se escapó y nos derrotó a todos", explicó ayer Lorenzo al bajarse del podio. Así que, tras dedicarnos, cosa extraña, acción única, hecho novedoso, cuatro adelantamientos maravillosos entre ellos dos, Lorenzo se fue, se fue, se fue. "Sabía que Dani acusaría sus dos caídas, sabía que yo