Con Álvaro Martín Uriol (Llerena, 18-6-1994) se empieza hablando de atletismo, pero siempre se suele terminar con temas políticos y sociales. Es sensible, informado, inquieto y hasta divertido. El campeón de Europa de 20 kilómetros marcha en 2018 añade una pincelada imprescindible al inmenso cuadro de cómo están viviendo los grandes deportistas extremeños una situación absolutamente histórica.

-Ha pasado el confinamiento en Llerena después de diez años viviendo en Madrid. ¿Qué sensaciones ha tenido?

-Ha sido muy raro después de tantísimo tiempo fuera, porque además cuando venía, era para dos o tres semanas como máximo. ¡Y ya llevo tres meses! Tampoco ha sido habitual que estuviesen mis dos hermanas... Los cinco metidos en casa... Pues desde 2010 no se veía eso. Esto de volver a casa a tus padres es duro, eh. Pierdes independencia. Ellos marcan las normas. Entiendo que es complicado además en un confinamiento. Cinco personas en una casa, tres de ellas teletrabajando, mi hermana pequeña sacándose Ingenería Aeronáutica y yo entrenando en una cinta de correr... Era un follón, para volvernos locos algunos días, pero en general bastante bien.

-¿Le ha dicho a sus padres «vosotros no me mandáis, que soy campeón de Europa»?

-¡Mientras estemos bajo su techo, entiendo que los que tienen que marcar las reglas son ellos!

-¿Se quitó un peso de encima cuando se conoció que los Juegos de Tokio no serían este verano? ¿Se tardó demasiado en tomar esa decisión, pese al clamor general existente?

-El problema no fue que se tardase tanto, sino los mensajes que nos trasladaba el Comité Olímpico Internacional, que nos decía que los Juegos se iban a celebrar sí o sí. Eso nos creó más inseguridad y más estrés. ¿Cómo íbamos a preparar Tokio así, si estábamos confinados? Era la fase inicial, pero era una locura. Asistí a una reunión del Comité Olímpico Español en la que estaba el vicepresidente del COI, Juan Antonio Samaranch hijo, y yo me quedé a cuadros cuando nos dijo que iba a presionar al Gobierno español para que nos dejase salir para entrenar porque los Juegos iban a disputarse. Esa no era la solución, claro. Cuando empezó la cosa a ponerse seria en Estados Unidos fue cuando el COI ya hizo lo lógico, que era posponerlo.

-Recuerda un poco a lo sucedido hace un año, cuando usted denunció que era un riesgo para la salud competir en los Mundiales de atletismo de Qatar por el calor...

-Y fue bestial aquello. Nos transmitieron que no teníamos que preocuparnos por las temperaturas, que en meta tendríamos un hospital de campaña. Yo dije: eso es como si te dan un casco para meterte en un edificio que se está derrumbando.

-Raro será que no esté usted en 2021 en la capital japonesa…

-Ya estoy pensando en ello, aunque con cautela. Ya sabemos todos lo frágiles que somos con el tema de un virus. Todo se vuelve vulnerable, pero doy por hecho que 2021 será un año normal y que habrá Juegos.

-¿Qué planificación está siguiendo ahora? Hace poco dijo que, sin objetivos cercanos, era más difícil trabajar…

-Es un tema clave siendo deportista. Yo me expongo a cuidarme al cien por cien, a tener una vida muy sacrificada y demás, porque tengo un objetivo. Cuando eso desaparece, aunque sea momentáneamente, se te cae el alma a los pies. Dices «¿yo voy a sacrificarme tanto? ¿voy a tener una vida que...?». Lo haces, pero también ajustas. No podemos entrenar como si hubiese una competición pronto, pero sí pensando en el año que viene.

-¿Qué siente uno al entrenar en unas pistas deportivas que llevan su nombre?

-Todavía sigo sin creérmelo. Entro allí y entreno, pero... es difícil explicarlo. No me hago todavía la idea de ver mi nombre en unas pistas, pero al final no deja de ser algo anecdótico. La cosa no es lo que se hizo en el pasado, sino lo que podemos esperar en el futuro. Está ahí el nombre, sí, pero no se puede quedar ahí. Hay que seguir trabajando.

-¿Qué pensó cuando se vio en una de las repeticiones que está dando Teledeporte ganando el oro de 2018 en Berlín?

-Verlo todos en familia, sentados, fue especial. Mi padre me preguntaba qué sentía en esos momentos, pero siendo sincero no sientes nada. Estás tan metido, tan centrado en la competición, que... Fue bonito porque hasta nos pusimos nerviosos viendo la carrera.

-¿Cómo cree que afectará al deporte lo que ha sucedido?

-Hay dos tipos de deporte: los minoritarios y el fútbol, que es otra cosa. En el minoritario va a haber muchos compañeros que, por la situación económica que vamos a atravesar, porque va a haber menos ayudas, patrocinadores, carreras... van a anteponer ponerse a trabajar o estudiar. Los que no son élite va a haber muchos que no van a continuar en el deporte. Es muy duro, pero ya lo vivimos en la anterior crisis. Hubo una generación en el atletismo que no consiguió renovar a la que había.

-¿Es de los que piensa que de todo esto saldremos mejores o más polarizados?

-Nos va a marcar. La distancia social y las mascarillas van a dejar algo de huella. Quizás tengamos que convivir con el virus dos o tres años. ¿Vamos a salir mejor? Depende. Todos aplaudimos a los sanitarios, pero ya veremos si no hay recortes en la sanidad. Han aparecido momentos de solidaridad en los peores momentos, pero tenemos que aprender de la vulnerabilidad que todos tenemos por algo que no vemos como un virus. Espero que se encuentre pronto la vacuna.

-Terminó Ciencias Políticas. ¿Cree que Gobierno y oposición han estado a la altura o que se han dirigido únicamente a sus potenciales votantes?

-No es una cuestión de derechas o izquierdas, pero muy pocos políticos que estén ahora en el Congreso tienen ahora el aprobado. Me duele como ciudadano ver una sesión en la que se echan los muertos los unos a los otros. Relativizan un número, pero todos esos muertos tienen un nombre, una circunstancia súper trágica de no poder despedirse. Es banalizarlo. Es terrible. Esta situación se estudiará en años venideros. No ha habido una idea común. Se está luchando políticamente. ¿Qué tiene que suceder si en un desafío tan importante no se han puesto de acuerdo?

-¿La crisis económica que se anuncia provocará el vuelco electoral que parece que no recogen ahora las encuestas?

-Por supuesto. Las siguientes elecciones va a haber una incógnita bestial. Mucha gente va a dudar sobre a quién votar hasta el día antes. Lo vamos a empezar a ver en las elecciones vascas y gallegas. Quizás mucha gente se quede en casa con el discurso de «todos los políticos son iguales».

-Es fácil imaginarle siguiendo con interés lo que está pasando en Estados Unidos con el ‘Black lives matter’…

-Hoy en día, para que un asunto tenga importancia, se tiene que viralizar. Todos sabíamos que allí tienen un problema de desproporcionalidad policial, pero todo esto ha pasado por un vídeo, el de la muerte de George Floyd. Si no hubiese aparecido, no habría todas estas manifestaciones. Ese racismo lleva existiendo toda la vida.