Ya lo tiene todo a punto. Ha planchado la misma camiseta recosida que utiliza siempre en las grandes competiciones por debajo del kimono. Ha dejado atrás las tremendas emociones vividas en la ceremonia inaugural del viernes, cuando se convirtió en la segunda mujer española en ser portadora de la bandera, después de la infanta Cristina (1988).

Ya puso, antes de viajar a Atenas, una vela a la virgen de los Arenales del Sol, bajo el Faro de Santa Pola, y ya ha llamado a su madre en Alicante para que le haga un sitio, en la habitación que ha convertido en un museo de trofeos, a la medalla que hoy quiere ganar. Ya ha estudiado a fondo a todas sus rivales, sobre todo a la coreana Sun-hi Kye.

Isabel Fernández ha encontrado la motivación para continuar entrenándose y seguir adelante, a sus 32 años. Es tan fanática de los aros que, a pesar de no gustarle los coches, se compró un Audi A-3 por el logotipo de esa marca, tres aros: "Los veo en el volante y me recuerdan los Juegos".Triple coronaHoy verá cinco aros, los del emblema olímpico, alrededor de los dos tatamis del pabellón Anó Liossia, al norte de Atenas. Está considerada una de las mejores luchadoras del mundo. Y, en muchos ámbitos, mucho más que eso.

"No es que sea la mejor judoca; yo creo que es la mejor deportista española"