Ni un respiro se dio Paula Josemaría el lunes tras haber conseguido un día antes su primer torneo como jugadora profesional de pádel (Estrella Damm Madrid Master 2019). Su entrenador le permitió soltar la pala («me dijo que había tenido emociones muy fuertes durante la semana»), pero no le perdonó el trabajo físico. El martes, todo volvió a la normalidad. A entrenar dentro y fuera de la pista, a machacarse, porque ya mismo, el miércoles, comienza el siguiente torneo (Cascais Padel Master 2019).

«Luchar, luchar y luchar», ese es su lema y el de su compañera de batalla, la portuguesa Ana Catarina Nogueira. Y lo refleja tanto fuera como dentro de la pista, donde se está destacando como una jugadora valiente, fiel a su estilo. Como el último golpe de la final del domingo en Madrid, una bola que acabó sacando por tres. «Si me pongo a pensarlo fríamente no sé si lo haría, pero esto y metida en el juego y tengo tanta confianza en los golpes que hago... Creo que así consigo muchos puntos y nos va bien».

La del domingo fue la primera alegría de la semana para la moralejana, que el martes conoció su inclusión en la lista de jugadoras que representarán a España en el Campeonato de Europa de pádel. «Ha sido una semana muy intensa, con mucho agobio, pero vale la pena este estrés», dice ella entre sesión y sesión de entrenamiento.

La victoria en Madrid le ha permitido acercarse al top ten del ranking mundial de pádel (es duodécima), algo que podría ser como un nuevo reto después de haber machacado el objetivo que se fijó a principios de temporada: «Meterme en algunos cuartos de final o quizás en alguna semifinal». También se había fijado la extremeña jugar el Master Final, al que solo van las ocho mejores parejas. De momento está ahí, pero para ese torneo que cierra la temporada aún faltan tres meses.

El primer título le ha llegado a Josemaría después de perder dos finales (Bastad y Mijas) que le han servido para adquirir experiencia. «En las otras finales cometí ciertos errores, estaba nerviosa, creo que no asimilaba encontrarme en una final», reconoce. En la tercera, sin embargo, «las sensaciones eran diferentes, tenía muy claro que había ciertas situaciones, ciertos sentimientos que tenía en las otras finales y en esta no se iban a repetir». Y así fue. Se deshizo de los nervios para ser la Paula Josemaría de siempre. Experiencia.

Ahora, dejándose la vida en cada entrenamiento, como ella dice, prepara el torneo de Cascais, especial para su compañera, especial para ella. «Hay una parte emocional que nos puede venir muy bien, vamos a tener al público de nuestra parte. Pero en el fondo será igual y nosotras seremos fieles a nuestro juega de luchar, luchar y luchar».