A Lidia Gómez Carrera (Cáceres, 12 de agosto de 2004) le gustaba el golf, pero finalmente se inclinó por su otro deporte favorito, el tenis, en el que es una emergente realidad. Resultados en mano y sin haber cumplido aún los 15 años es evidente que ha acertado. Esta preocoz y talentosa jugora es la actual campeona cadete y junior de Extremadura, y tiene muchas opciones de ser también la número uno absoluta para alcanzar un ‘triplete’ sin precedentes en la comunidad autónoma.

«Quiero que sobre todo se divierta y que aprenda y no pensar en mucho más. Hombre, destaca por su fuerza mental, pero también por la física. Aun así, no deja de ser una niña de 14 años», dice de ella su entrenador, Víctor Rubio, su técnico también ahora en un club de una nueva academia en la capital cacereña, el Top Slice Tennis Academy, tras una niñez formándose a conciencia en el eterno Cabezarrubia.

«Lo suyo no es normal, no, porque prácticamente lo ha ganado todo aquí, pero hay que ir, como se dice ahora, con el partido a partido, torneo a torneo; he visto a muchos tenistas que apuntaban y ahí se quedaron, aunque está claro que ella es muy buena», viene a añadir Rubio, también tenista y excampeón regional, que aporta una experiencia de seis veranos asumiendo enseñanzas en Nueva York para trasladarlas a su ciudad en deportistas como Lidia «y algunos proyectos más que se irán conociendo en el futuro».

Aparentemente tímida, esta estudiante del Licenciados Reunidos que reconoce no ser tan brillante en los estudios como en las pistas («bueno, bueno, ahí andamos, más o menos», balbucea risueña cuando se le plantea la cuestión) dice que lo que más le gusta es jugar al tenis y competir, más que entrenar. «Asimila bien y es disciplinada, con ganas de aprender», comenta.

El futuro es suyo

Hay múltiples planes para ella, que ya ha ganado el campeonato de España de consolación en 2017. Este año le esperan diferentes desafíos, como el nacional, el campeonato de Extremadura absoluto y citas claves en Tarragona, Madrid o Miranda de Ebro. «Entre lo mejor que tiene es que sabe cuándo tiene que hacer un punto de break o dar un determinado golpe en un momento clave de los partidos», asevera el técnico sobre su jovencísima y emergente pupila, que ronda ya el puesto 300 absoluto español y que este verano quiere seguir progresando en el escalafón. ¿Ser profesional en un futuro? Ella sonríe. «Ya se verá».

Es muy completa, con un físico imponente para su edad. Le falta por perfeccionar, dice Rubio, su volea. La complicidad entre ambos es manifiesta, con algunos detalles puntuales en campeonatos anteriores que lo corroboran.

Entrena en el Centro de Tecnificación de la Ciudad Deportiva de Cáceres y dice que no tiene referente en concreto porque es remisa a ver tenis («me aburre», llega a decir), ni siquiera sus propios partidos porque lo que lo que le divierte realmente es competir. Su gran rival es la pacense Luzía Risquete (SportOcio) con la que guarda «una muy buena» relación al margen de los épicos duelos deportivos que protagonizan ambas.