El salón de actos Luis Aragonés, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, lució ayer sus mejores galas para la puesta de largo de Luis Enrique Martínez como seleccionador. Mucha prensa, dos filas de directivos elegantemente vestidos y muchísima expectación aguardaban a la estrella, que apareció por el fondo de la platea entre aplausos, anunciado a bombo y platillo, sonriendo a sus ayudantes, sentados en primera fila, con su imagen presidiendo el escenario en una pantalla gigante.

«No habrá una revolución, pero sí una evolución. El fútbol es una continua evolución. Hace tres campeonatos que la selección no consigue nada. Ya vivimos una situación parecida en el Barcelona y la idea, como allí, es evolucionar, y la selección tiene mimbres para ello. Vamos a continuar con el estilo, que no haya ninguna duda en eso, vamos a seguir siendo protagonistas con el balón, pero con matices. Hay que ser más profundo, presionar tras pérdida... La selección se debería parecer a un equipo en cuanto a los automatismos», explicó en su primera comparecencia como seleccionador. «Luis Aragonés encontró lo que somos: buenos jugadores técnicos, no muy potentes físicamente. La selección tiene mimbres para hacer buen fútbol y ser agresiva con el balón», continuó Luis Enrique, que se extendió hablando de aspectos tácticos del juego que quiere para su equipo.

Para su primera lista de convocados, el 31 de agosto, anunció «sorpresas». «Siempre hay cosas inesperadas. Habrá gente que no ha venido nunca que vendrá, gente que vino pero ha perdido continuidad, y otros que vienen habitualmente. Habrá de todo, nos lo pasaremos bien, seguro», señaló entre risas. Explicó que ya ha elaborado una lista previa de 70 jugadores que irá limando hasta la definitiva de 23, y advirtió de que ni el Mundial ni las recientes convocatorias van a influir en sus decisiones.