Un gol del canterano Rodri en el último segundo permitió al Sevilla asaltar la cuarta plaza en el cierre de la pasada Liga. Parecía que el gran objetivo se había cumplido pero el martes se produjo un revolcón monumental en el Pizjuán. Por primera vez en su historia, el Sevilla encajó cuatro goles en un torneo europeo y se despidió de la Champions.

Quedar fuera de la élite continental ha supuesto un mazazo tremendo para todo el sevillismo, empezando por el siempre charlatán José María del Nido. Antes de medirse con el Sporting de Braga resumió su filosofía en una frase: "Con humildad, no hemos ganado nada; con prepotencia y osadía, ocho títulos". Esta vez no funcionó la fórmula y su club afronta una temporada difícil, marcado por un inicio catastrófico, humillado en la vuelta de la Supercopa por el Barça y apartado del sueño europeo por un equipo menor.

El abogado, que cumple su octava temporada como presidente del Sevilla, ha protagonizado la etapa más exitosa del club. El último título llegó el año pasado con la Copa del Rey, pero esa ambición le ha obligado a pensar en cotas mayores. En la Liga resulta imposible ante Barça y Madrid, aunque le cueste admitirlo.

En la buena marcha del Sevilla tendrá un papel clave Navas, el campeón del mundo que volverá a galopar por la derecha. Esperando sus centros estará Luis Fabiano, que sigue tras estar muy cerca del Milan y el Marsella. Alvarez, muy tocado por el desastre del martes, mantiene el potencial en el ataque, con Kanouté y Negredo como arietes, y una banda izquierda con Capel y Perotti de protagonistas.

Los cambios llegan en el centro del campo con los italianos Cigarini y Guarente. Atrás, Palop seguirá comandando una defensa con las novedades de Dabo y Alexis. El central malagueño procede del Valencia, ha costado 5,5 millones y cubrirá la baja de Squillaci.