Sin el último campeón europeo, el Regal Barcelona, que asumía al mismo tiempo el papel de anfitrión y de favorito para revalidar el título en esta edición, y que contra pronóstico se quedó en el camino, todos los ojos convergerán en el Panathinaikos como firme aspirante a la corona europea de la Euroliga que se jugará desde hoy en el Sant Jordi. Pero muchos estarán pendientes de lo que haga el Real Madrid, que llega con el morbo añadido de poder llevarse el título continental en la ciudad de su eterno rival. No compensaría la eliminación futbolística, pero sí sería una gran alegría para el club blanco.

Llega el Panathinaikos a Barcelona como principal referencia en las apuestas (a 2,5 euros se cotiza su triunfo frente a los 6,6 euros por un triunfo del Real Madrid, el peor valorado) en una edición de la que se han descolgado nombres habituales como los del Barça, CSKA Moscú o Caja Laboral, pero que recupera a algunos de los clásicos como el Madrid después de 15 años de ausencia, el Maccabi, o el Montepaschi Siena, convertido desde años en la referencia del baloncesto italiano.

Se presenta el equipo griego a esta edición, que batirá récords de audiencia (700 medios acreditados, retransmitido a 120 países de todo el mundo) con la tranquilidad que le da contar en el banquillo con Zeljko Obradovic, el técnico más galardonado del continente. Siete títulos con cuatro equipos diferentes le convierten en el rey de Europa.También con el hambre del equipo grande (tres títulos desde el 2000) que se quedó fuera de la pelea el año pasado y, sobre todo, con el refuerzo anímico que da haber tumbado al Barça en cuartos.

REGRESO A LA ELITE Con esa tarjeta de presentación, parece incluso normal que ayer, Simone Panigiani, el técnico del Montepaschi, que será su rival esta tarde, en la primera semifinal, bromeara incluso con el palmarés ganador de Obradovic. "A ver si nos deja a los demás vencer alguna vez", apuntó, para añadir acto seguido: "Seguro que será un partidazo. Los dos equipos hemos jugado a un nivel parecido esta temporada y será muy especial".

Frente al cartel del Panathinaikos y también del Maccabi Tel-Aviv, contrasta la discreción que acompaña al Madrid en su vuelta a la élite, lo que le libera también de responsabilidad. "Somos un equipo muy joven, casi sin experiencia en estos torneos, pero intentaremos disfrutar y dar lo mejor de nosotros", explicó Lele Molin. "Para un madridista ganar el título en Barcelona sería lo máximo", reconoció ayer el pívot blanco, Felipe Reyes.

LA SEGURIDAD La fase final de la Euroliga ha obligado a un especial dispositivo de seguridad, informa Antonio Baquero. Para empezar por la presencia de aficionados de los cuatro equipos, con mayoría de israelíes (unos 5.000) y griegos (3.000), algunos especialmente conflictivos.

Sin embargo, el despliegue policial, en el que los Mossos d´Esquadra utilizarán a un total de 850 agentes, va más allá del que genera la vigilancia de aficiones deportivas. En este caso, la participación del equipo israelí obliga a extremar las medidas de seguridad para proteger tanto a los jugadores como a los aficionados israelís de una posible acción extremista.