El Liverpool, pendiente de Fernando Torres pero con Steven Gerrard en plenas facultades, buscará rematar su estrategia táctica hacia los cuartos de final frente a un Real Madrid confiado en sus capacidades para remontar en su primera visita al estadio de Anfield.

Aunque suene a cliché, el elemento geográfico del partido de hoy volverá a actuar previsiblemente como el duodécimo jugador del once local. "Anfield es fundamental", sentenció Rafa Benítez, aludiendo al innegable efecto que surte este estadio.

El técnico del Liverpool contará para la ocasión con su capitán en plena forma, un Steven Gerrard que suele ser clave para la plantilla y que ya la pasada semana volvía a la acción tras dejar atrás una lesión muscular.

TORRES AUN ES DUDA En el ataque, el entrenador aún no ha tomado una decisión sobre su talismán goleador, Fernando Torres, que no pudo brillar en la ida, pero que confía ahora en ser titular tras recuperarse de la lesión producida en la capital española. "Tomaremos la decisión mañana por hoy. Aún tenemos tiempo", comentó Benítez sobre el estado de El Niño .

La victoria a domicilio (0-1) lograda por los reds en la primera eliminatoria permite a los locales afrontar la vuelta con una dosis extra de seguridad.

A ese Liverpool extremadamente conversador y defensivo le salvó un tardío remate de cabeza del jugador israelí Yossi Benayoun quien se convirtió en el héroe de la ida y que, paradójicamente, hoy será baja.

Tampoco está clara la presencia del español Alvaro Arbeloa --Benítez también tomará una decisión al respecto a última hora-- y son bajas confirmadas Ryan Babel y Daniel Agger.

Por otro lado, el Liverpool afronta su cita de octavos más descansado que su rival. No juega desde mediados de la pasada semana, cuando vencían al Sunderland en la Premier, y dado que este fin de semana en Inglaterra se disputaban los cuartos de final de la Copa inglesa, competición de la que el Liverpool está eliminado.

PRIMERA VISITA A ANFIELD El Real Madrid tira de épica en Anfield. Un templo del fútbol, sobre cuyo césped habrá hoy 14 Copas de Europa. Un estadio que visita por primera vez, donde debe desafiar a la historia de la Liga de Campeones, para remontar el gol en contra ante el Spanish Liverpool de Benítez y Torres.

El equipo de Juande Ramos está obligado a firmar una página histórica para no prolongar la maldición de octavos en la que está inmerso. Desde el 2005 los octavos de final son una barrera infranqueable en Liga de Campeones para el Madrid.

Juventus, Arsenal, Bayern de Múnich y Roma han convertido en fiascos los últimos intentos del Real Madrid por lograr la décima Copa de Europa. Anfield es un marco incomparable para fulminar una mala época y mandar un mensaje a Europa.

En el Santiago Bernabéu, Benítez ganó la batalla táctica y el técnico blanco clama venganza en un duelo decisivo para su futuro. Conocedor de sus pocas opciones de seguir, por culpa de las próximas elecciones a la presidencia, solo un título le mantendría en el banquillo blanco. Una remontada en Anfield aumentaría la presión popular.

Juande lo sabe y saldrá con todo para buscar la necesitada victoria. Tiene claro su equipo y como ocurrió en la ida, solo hay un puesto vacante en el centro del campo al que optan Marcelo, Guti y Sneijder. En la ida el brasileño fue el elegido, para Anfield todo apunta al holandés.

Regresan dos jugadores claves en el actual engranaje madridista. El portugués Pepe, líder de una defensa que sufrió lo indecible ante su ausencia en el derbi madrileño; y el argentino Gonzalo Higuaín, al que Juande reservó de inicio, buscando que su velocidad, junto a la de Robben sea clave en Liverpool. El capitán. El máximo goleador de Liga de Campeones: Raúl, pondrá el remate.

Llega el Madrid a esta cita tras ver cortada su racha victoriosa en Liga, que el Atlético dejó en diez triunfos consecutivos, y sin querer mirar derrotas importantes cada vez que ha medido fuerzas a un grande, como el Barcelona en la competición doméstica, o las dos europeas ante el Juventus italiano.

Una eliminatoria de Liga Campeones es diferente. Todos los saben. Y a ese espíritu apela el madridismo para hacer historia y levantar el 0-1 de la ida.