Vergüenza. Eso es lo que siente todo el madridismo después de la humillación de anoche del Alcorcón al Real Madrid en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey (4-0). El conjunto de Pellegrini no existió sobre el campo y un equipo de Segunda B --que milita en el mismo grupo que los extremeños-- le superó desde el pitido inicial tirando no ya de casta, solo de ganas de jugar y hacerlo bien, lo que en ningún momento se vio entre los blancos.

El Madrid dio pena. Y no porque hubiera tirado de cantera para completar el once inicial. Pellegrini dejó fuera a gente tan importante como Kaká, Casillas, Sergio Ramos o Xabi Alonso. Sí, pero sobre el césped del Santo Domingo estaban Guti, Arbeloa, Albiol, Granero, Benzema, Diarra, Gago, Dudek o Raúl, que esta vez ni tan siquiera fue el revulsivo que en otras ocasiones tiró de garra para sacar adelante a un Madrid que ahora tiene mucho que meditar.

El Alcorcón, el próximo rival del Cacereño en el Príncipe Felipe (el 8 de noviembre), hizo lo que quiso con un Madrid lamentable. Borja, que en su trayectoria futbolística ya ha marcado 6 goles al equipo blanco, ayer hizo dos, el primero y el cuarto. Los otros los marcaron Arbeloa en propia puerta y Ernesto.

Al descanso se fue el Madrid ya con un 3-0 en contra. El Alcorcón fue un vendaval que pasó sobre los blancos, que gozaron de alguna ocasión para hacer gol en los primeros 45 minutos, aunque sin acierto. En la segunda parte el conjunto del sur de Madrid empezó a acusar el cansancio, momento en el que los de Pellegrini empezaron a acercarse algo más al área rival, pero sin ideas.

El balance del Madrid sin Cristiano --que hoy se somete a unas pruebas para comprobar su evolución-- es desastroso: dos derrotas, un empate y una humillación. El Madrid le necesita, Pellegrini también.