Una presentación majestuosa y la febril actividad diplomática del Rey. Esos son los dos salvavidas a los que se aferra Madrid-2016 para intentar revertir los pronósticos, que le otorgan la eliminación en segunda ronda el próximo viernes en Copenhague ante la dificultad de obtener los votos suficientes para pelearle la sede olímpica a Río de Janeiro y Chicago. Si Londres-2012 logró batir al esprint a París y romper todas las previsiones hace cuatro años gracias al inmenso carisma de Sebastian Coe, la candidatura española se plantea un milagro parecido, con don Juan Carlos como abanderado.

Aunque pronosticar las preferencias de los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) tiene cierto parecido a leer los posos del café, la traza que dejaron en la votación que eligió a Londres hace cuatro años en Singapur permite dibujar una hipótesis plausible del resultado que tendrá lugar el viernes en la capital danesa. Y el pronóstico es negativo para Madrid, peor que hace cuatro años, cuando peleó seriamente por la victoria e incluso ganó la segunda ronda de votaciones.

XLA HORQUILLAx más optimista de nuestra previsión apunta a un resultado rotundo en primera ronda que eliminaría a Tokio, pero dejaría a Madrid en precario: 31 votos favorables a Río, 29 para Chicago, 26 para Madrid y solo 11 a la capital japonesa. En este supuesto, la segunda ronda resultaría letal para la candidatura de Ruiz-Gallardón, que solo sumaría tres votos de los miembros asiáticos, para un escrutinio previsto de 37 papeletas a favor de Río, 33 para Chicago y 29 para Madrid, que sería eliminada. En el pulso definitivo, la ciudad brasileña conquistaría el triunfo barriendo a Chicago por 63 votos a 37, salvo que la presencia de Barack Obama en Copenhague llegue a subyugar a los votantes.

La lista oficial de miembros electores en el plenario del COI es de 106 miembros, pero uno de ellos, el coreano Lee Kun Hee, excluido del voto al haber sido sentenciado a siete años de cárcel por un delito continuado de corrupción como presidente de Samsung. Así que los miembros activos son 105, de los que sólo 104 dispondrán de aparato para votar, ya que el presidente Jacques Rogge, siguiendo la tradición del anterior máximo mandatario del organismo olímpico, Juan Antonio Samaranch, se abstendrá de hacerlo. Tampoco podrán hacerlo los nacionales de aquellas ciudades que vayan a ser votadas; de ahí que los 104 votantes se conviertan en realidad en 97 votos posibles en el primer asalto. Esos 104 miembros con voto efectivo se reparten, culturalmente, del siguiente modo: 25 anglosajones; 21 francófonos; 12 suramericanos; 12 asiáticos; 10 exsoviéticos; 7 prohispanos; y 17 neutrales.

Anglosajones, asiáticos y prohispanos tienen su candidatura indiscutible (Chicago). Los exsoviéticos apoyarán a Madrid y la clave serán los francófonos y los denominados neutrales, 38 votos decisivos entre ambos grupos. Casi todos los francófonos apoyarán a Río, en tanto que centroeuropeos y nórdicos se inclinan por Chicago, lo que dará una ventaja casi irreversible a las dos ciudades americanas.

XEL PROBLEMAx para Madrid es que sus votantes naturales, los miembros latinoamericanos, no le apoyarán en bloque, sino que se repartirán con Río, y si bien ganará de entrada a los exsoviéticos perderá a los asiáticos y no puede contar con francófonos ni con los europeos neutrales, conscientes que tras Londres-2012 y Sochi-2014 (Juegos de Invierno), Europa debe posponer la gran batalla para 2020 entre París, Berlín y Roma.

Dos factores pueden modificar los pronósticos: el resquemor de muchos miembros del COI hacia la candidatura de Chicago por culpa de un largo contencioso económico contra el Comité Olímpico de EEUU; y la amplia renovación de miembros respecto de hace cuatro años: por fallecimiento o superar la edad límite reglamentaria, 19 miembros de aquella lista de votantes en el año 2005 en Singapur no estarán presentes ahora en Copenhague. Y en su lugar, 16 nuevos votantes de 16 países distintos, la mayoría jóvenes, muchos de ellos campeones olímpicos (Bubka, Popov...) y de procedencia variada.

XPOR SI ACASOx, la candidatura madrileña ha corregido los puntos negros que detectaron los evaluadores: la legislación antidopaje ha sido modificada al gusto del COI; el organigrama de jerarquías ha mejorado; la financiación del Estadio Olímpico está garantizada; la agencia de publicidad Sra. Rushmore ha pulido la estética de la presentación; y el Rey ha tomado conciencia de su decisivo papel. Todos juntos tienen que construir un milagro similar al que Pasqual Maragall obtuvo ante Chirac; Atlanta y la Coca Cola frente a Atenas para los Juegos del centenario de 1996; Sídney contra Pekín en la edición del nuevo milenio; o Sebastian Coe hace bien poco contra París.

Los pronósticos pueden doblegarse si Madrid es capaz de protagonizar una presentación brillante y clara, comprometida y explosiva, y combinarla con el toque emocional que el Rey aporte con bastantes de sus viejos amigos del COI. Pero, tal como está la aritmética en la actual composición del senado olímpico, parece un milagro que Madrid logre por fin materializar su sueño olímpico.