REAL MADRID: César; Míchel Salgado, Helguera, Raúl Bravo, Roberto Carlos; Beckham, Guti; Figo (Portillo, m.33), Zidane, Solari (Solari, m.86); y Raúl.

SEVILLA: Esteban; Daniel Alves, Javi Navarro, Pablo Alfaro, David; Redondo, Martí, Torrado, Antonio López (Antoñito, m.69); Baptista; y Darío Silva (Marañón, m.90).

GOLES: 1-0, M.56: Solari. 2-0, M.76: Raúl.

ARBITRO: Javier Turienzo Alvarez (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Solari, Míchel Salgado y Aitor Ocio.

INCIDENCIAS: Alrededor de 3.500 seguidores sevillistas en la grada.

El argentino Santiago Solari y Raúl González rubricaron un trabajado y por momentos hasta sufrido triunfo del Real Madrid sobre un buen Sevilla, que quizá no creyó al máximo en su capacidad para hacer más daño en el Santiago Bernabéu y que ahora está obligado a la heróica en el Ramón Sánchez Pizjuán si quiere llegar a la final de la Copa del Rey después de más de 50 años.

No tuvo el cuadro madridista una actuación muy brillante. Para nada. Tan sólo deslumbró al final del encuentro, como hizo en los cuartos de final ante el Valencia. Lo que ocurrió de nuevo es que, pese a la ausencia a última hora del brasileño Ronaldo, encontró oro donde parecía que no lo había y hasta al final tuvo ocasiones para haber dejado todo absolutamente sentenciado.

Solari encontró así de nuevo una plaza en el once inicial blanco y Zinedine Zidane quedó de salida como enganche para Raúl, pero ni siquiera la magia del francés servía para desequilibrar el perfecto entramado dispuesto por Joaquín Caparrós.

Los hombres del técnico utrerano ofrecieron su mejor versión en la faceta de contención en la primera mitad. Con constantes ayudas y un enorme trabajo tejieron una tela en la que cayó reiteradamente el Real Madrid, en el que ni Guti ni el inglés David Beckham supieron administrar con sentido auténtico el fútbol atacante de su equipo.

Además, los despliegues del joven brasileño Daniel Alves por su banda derecha inquietaron a los blancos, pero aún más la brega constante del uruguayo Darío Silva y la ubicación de su compatriota Julio Baptista, muy bien instalado por detrás de los medios centros locales y por delante de los centrales, quienes vivieron una auténtica pesadilla, sobre todo Raúl Bravo.

FIGO, LESIONADO Los de Caparrós, no obstante, tardaron media hora en darse cuenta de que si se lo proponían podían hacerle daño al Real Madrid en ataque, ya que atrás todo lo tenían bastante controlado pese al esfuerzo de Raúl, Zidane y compañía, mientras que Luis Figo, lesionado, dejó su lugar a Portillo.

La trampa de Caparrós estuvo muy cerca de dar sus frutos a lo grande, pero ni siquiera en ausencia de Ronaldo se puede olvidar que el Real Madrid dispone de un ramillete de grandes futbolistas. Uno de ellos, que tiene asumido ser el 12 , es Solari.

Lo hizo en un momento especialmente delicado, porque el Sevilla parecía haberse hecho con las riendas del choque y la eliminatoria de manera definitiva, a falta de rubricarlo con un gol.

Pero surgió Solari para firmar una bellísima e increíble acción, porque tras recortar a su par se quedó sin ángulo y, en cambio, enganchó un poderoso zurdazo que sorprendió a Esteban, quien había salvado poco antes una gran oportunidad de Raúl.

El Sevilla parecía no haberle perdido la cara al encuentro, pero el partido enloqueció y lo pagó con el segundo tanto blanco, que procedió de un robo de balón de Portillo que culminó Raúl con un preciso zurdazo. El 2-0 sí que dejó casi k.o. al conjunto sevillano, porque el Real Madrid, crecido, tuvo un par de grandes oportunidades.