Florentino ha decido plantar cara al Barcelona también en baloncesto. Después de recortar el presupuesto del equipo en unos 10 millones, tras perder 20 la pasada campaña, ahora ha decidido tirar la casa por la ventana. Rodolfo Fernández Farrés, más conocido como Rudy, se ha convertido en el nuevo jugador franquicia del equipo de Pablo Laso.

El escolta, de 26 años, vestirá de blanco mientras dure el cierre patronal de la NBA y cobrará tres millones de euros por temporada, lo que le convierte en el jugador mejor pagado de la Liga Endesa, además de alejarle de la órbita azulgrana.

La sección de baloncesto del Madrid está en plena ebullición. Para recordar el último título hay que remontarse al 26 de junio del 2005 cuando aquel triple milagroso de Alberto Herreros destrozó el guion del quinto partido ante el Tau, ahora Caja Laboral, en Vitoria.

Desde entonces, más de 40 fichajes, una larga nómina de entrenadores e incluso un destierro a la Caja Mágica --ahora volverá al Palacio de Deportes--, que hizo descender en 1.000 el número de abonados. Entre medias, la salida de Ettore Messina por la puerta de atrás a mitad de temporada y un frustrante paso por la final four.

TODO UN LIDER Ahora parece que se quiere recuperar parte de la cordura o que, simplemente, el presidente se ha dejado aconsejar. El caso es que después de buscar un técnico de medio pelo, Pablo Laso, por aquello del ahorro, se ha decidido por un jugador que lidere un equipo por hacer tras la llegada del lituano Pocius, el norteamericano Carroll y sin un base de garantía, con Sergio Rodríguez como teórico titular.

La firme apuesta por Rudy Fernández tiene como objetivo devolver la credibilidad a la sección y la ilusión a los aficionados. Nada más conocerse el deseo del Madrid en fichar al que fuera escolta de la Penya, club al que el Madrid ha pagado 400.000 euros por los derechos deportivos del jugador, y de los Trail Blazers de Portland, el número de abonados aumentó en 1.800 en apenas tres días.

Con Rudy, el Madrid espera lograr ese salto de calidad que le haga volver a levantar títulos. En Copa no lo hace desde 1993 y en Europa desde 1995, cuando ganó el título de la mano de Sabonis. Rudy es explosivo, capaz de desequilibrar. De fuerte carácter, a veces pierde la cabeza, como le ocurrió en la final del Europeo, en Lituania, cuando golpeó al francés Parker.