Después de meses de crecimiento, el proyecto de Zidane en el Madrid se llevó tres puntos de Valladolid con los que se coloca líder de La Liga. Fue una victoria muy sufrida, basada en explotar la solidez defensiva y esperar una ocasión de gol, que llegó a través de Nacho en el tramo final más a fuerza de insistencia que de juego.

El juego del Madrid fue una constante circulación tediosa, sin tiros a puerta en un primer tiempo en el que estuvo siempre lejos del área rival enfrascado en un ritmo lento, constantemente con el recurso de un pase atrás que no dañaba a un Valladolid intenso, ordenado y luchador. Tras el descanso subió la intensidad, no la inspiración para superar las líneas rivales.

Desde el inicio, el centro del campo del Valladolid ahogó el juego del Madrid. Sergio dispuso dos líneas de medios con la convicción y la misión clara de interrumpir la circulación del rival.

Ante la posibilidad de asaltar el liderato, Zidane salió en Valladolid con todo lo que tenía, salvo Fede Valverde y, sin muchas más opciones ante el ímpetu pucelano, encontró su primer acercamiento al gol en el juego aéreo. Casemiro, el mejor goleador del equipo en la última semana, conectó un cabezazo a gol que anuló el videoarbitraje, tras corregir el árbitro por pocos centímetros.

La apuesta del Valladolid incomodó a los madrileños unos minutos más, aunque sin más que tentativas de ocasiones. Entre los valores que ha añadido Zidane al Madrid está una solidez defensiva encomiable, que le permite transitar sin problemas por el partido aunque la cuota de peligro esté bajo mínimos.

La ambición del Madrid creció al inicio del segundo tiempo, pero la falta de presencia en el área y la escasez de opciones de remate fueron crispando a Zidane en el área técnica. Los intentos de distribución de Kroos y la profundidad, con sus limitaciones, de Mendy no parecían suficiente para hacer un gol, aún con los intentos de Benzema.

Con todo y con eso, el Valladolid se fue hundiendo en su área y, solo por presencia en el área rival, crecieron las opciones blancas. Zidane quitó a un encarador sin fortuna Isco para colocar extremos más fijos en la banda en busca de una amplitud y una profundidad que le dio una alternativa al equipo.

En una jugada que viajó con relativa celeridad de Rodrygo a Lucas Vázquez el Madrid consiguió un saque de esquina y, con la presencia de Casemiro, su escenario de más peligro del partido. El centro fue rechazado y, al segundo intento de Kroos, Nacho remató a gol.

Con diez minutos por delante y mucho castigo en las piernas, el Valladolid aún tuvo arrestos para amenazar con empatar, hasta tal punto que Guardiola consiguió marcar en fuera de juego.