REAL MADRID: Ayón (9), Carroll (2), Llull (21), Taylor (4) y Thompkins (14) --equipo inicial--, Maciulis, Rodríguez (14), Nocioni (7), Reyes (11), Hernangómez y Rudy (9).

BARCELONA: Doellman (7), Navarro (14), Satoransky (17), Oleson (6) y Tomic (17) --equipo inicial--, Abrines (2), Perperoglou (11), Ribas (2), Lawal (4), Vezenkov, Samuels (4) y Arroyo.

MARCADOR POR CUARTOS: 19-26, 45-47 --descanso--, 72-65 y 91-84.

ARBITRO: Daniel Hierrezuelo, Juan C. García y Benjamín Jiménez. Sin eliminados.

INCIDENCIAS: Cuarto partido de la eliminatoria final de la Liga Endesa.

El Real Madrid revalidó, 22 años después, el título de campeón de Liga al derrotar al Barcelona en el cuarto partido de la serie por 91-84 y anotarse el 3-1 definitivo, con Sergio Llull como uno de sus jugadores más destacados.

Pese al buen comienzo del Real Madrid, por medio de Trey Thompkins autor de los cinco primeros puntos del equipo (5-2, min.1), fue el Barcelona el que salió más centrado a la pista, consciente de lo que se jugaba, de que no tenía margen de error y de que su apuesta tenía que ser a todo o nada.

El marcador se torció para un Madrid que pareció menos centrado, 9-15 (min.4.20) y que llegó a perder por 9 puntos de diferencia (17-26, min.9) y que redujo levemente al final del primer acto, 19-26. El 19-30 a los 45 segundos de haberse reanudado el juego hizo saltar las alarmas. El Barça comenzó a mostrar su defensa en zona y el equipo de Pablo Laso dio un paso en cuanto a entrega, ya que el balón no fluyó de forma tan natural y rápida como en partidos precedentes. Al descanso el Barcelona se llevó el gato al agua con un 45-47.

Siguió la igualdad, siguieron los altibajos en el juego, siguió el Barça enseñando la zona y siguió el Madrid aferrándose al partido por medio de Llull, 58-58 (min.24), porque fue el Barça el que llevó la iniciativa en el juego.

El Madrid comenzó a ver la luz (70-63, min. 28.30) y el Barça las puertas del infierno, al tiempo que la afición madridista entraba en modo éxtasis. Al final del tercer cuarto se llegó con 72-65. La tensión comenzó a crecer y cada balón a valer su peso en oro. El último cuarto fue un manojo de nervios hasta que volvió a aparecer Llul, que llevó al Madrid hasta el título.