CELTA 0: Cavallero, Velasco, Cáceres, Sergio, Sylvinho, Luccin, José Ignacio (Jesuli m.74), G. López, Edu, Juanfran (Vagner m.66) y Catanha (McCarthy m.56).

REAL MADRID 1: Iker Casillas, Michel Salgado, Iván Helguera, Pavón, Roberto Carlos, Makelele (Cambiasso m.76), Flavio, Figo, Zidane, Raúl y Ronaldo (Guti m.82).

GOL: 0-1, m.6: Ronaldo.

ARBITRO: Carmona Méndez (Comité Extremeño). Mostró tarjeta amarilla a Juanfran, Pavón, Cáceres y Salgado.

INCIDENCIAS: Partido de la decimoséptima jornada de Primera División.

El Celta pagó unos primeros minutos de despiste defensivo marcados por un intenso respeto a los nombres de rival, con más disposición a pedirles un autógrafo que a meter la pierna, y sufrió una derrota que acentúa las incógnitas sobre la capacidad actual del conjunto de Lotina. Mientras, el Real Madrid continúa con su espectacular racha de seis victorias seguidas, aunque no le vale para obtener el liderato tras el empate de la Real Sociedad frente al Valencia.

Cada vez que Ronaldo o Raúl encaraban a los defensas célticos les entraba el tembleque y los madridistas pudieron manejar el balón cerca del área con más facilidad de la prevista.

De esta manera llegó el gol de Ronaldo en un balón que se le permitió controlar a Raúl con toda calma. La suerte en el disparo, que golpea en un defensor, complicó el despeje de Cavallero y Ronaldo estuvo al quite para finalizar. El brasileño apenas hizo mucho más en el encuentro, pero su oportunismo, creciente con el paso de las jornadas, acabaría dándole los tres puntos a su equipo.

CONSERVADURISMO

Con un trabajo bien escaso, el Madrid logró ponerse por delante y tan solo Gustavo López daba réplica en un Celta acogotado al que le costó muchos minutos salir del letargo. El equipo vigués pareció perder el especial toque que tenía con Víctor Fernández a la hora de enfrentarse a los madridistas, que en los últimos años habían salido derrotados con claridad de Balaídos.

Tal fue que, en otra acción aislada de un Madrid que estaba siendo dominado territorialmente, Ronaldo pudo agrandar la diferencia con todo a favor pero su toque no tomó el efecto deseado y perdió una clara ocasión de encarrilar la victoria.

Poco a poco, el equipo de Lotina se fue convenciendo de sus posibilidades en el partido e incrementó su acoso sobre la meta de Casillas, trenzado jugadas de mérito pero sin la capacidad necesaria para definir. Aún así, el portero madridista siempre estuvo muy atento y conjuró el peligro que cada vez que se acercó a su meta.

En la segunda parte, el Celta se siguió gastando en una inútil batalla que tenía muchas dificultades para ganar dada su inoperancia en los metros finales. Se notó mucho en falta al ruso Mostovoi, que no ha entrado en el equipo desde que regresó de su país con retraso.

Así las cosas, al Real Madrid le bastó con controlar y no perder el sitio en defensa, en la que no se notó la ausencia de Fernando Hierro. De esta manera, las únicas opciones de los vigueses se ciñeron a las jugadas a balón parado aunque solo una cabeceada por McCarthy, al que Lotina había recurrido como posible revulsivo, desde muy cerca obligó a Casillas a realizar la parada de la noche.

Las pocas ideas célticas y el conformismo madridista abocaron al choque a una fase de aburrimiento extrema. En la grada dolía ver la impotencia del Celta pero también la indolencia de un Madrid que solo recuperó el instinto asesino con la entrada de Guti.

En los compases finales los celestes perdieron la fe ante su propia negación y el Real Madrid dispuso de alguna ocasión para dar la puntilla, pero tuvo la deferencia de dejar las cosas como estaban.