Como recuerda Zidane de vez en cuando, cada derrota del Madrid destapa el tarro de las críticas contra el Madrid y el batacazo sabatino ante el Cádiz fue revelador. Fue uno de esos días en los que la incapacidad para marcar goles que empieza a ser endémica en los blancos estuvo acompañada de una desidia impropia, una falta de actitud que ha sido el foco de las críticas, junto al propio Zidane y su alineación alternativa.

De la misma manera que una balsa hecha con troncos por un náufrago, el Madrid sigue navegando, pero está a una tormenta de que todo se demonte, de que las improvisadas cuerdas de hebras verdes cedan y el hundimiento sea ineludible.

El día después de la primera victoria de la historia del Cádiz en Madrid, en el vestuario de Valdebebas tuvo lugar otra de esas reuniones catárticas de la plantilla y el técnico, ya casi naturales después de un fracaso rutilante, en la que todos se conjuran para que no se repita la imagen desdeñosa y desganada de la primera parte ante el Cádiz. Con todo y con eso, lo que asoma detrás es la falta de recursos para generar peligro en cualquiera de sus versiones.

SIN FICHAJES NI RECURSOS

El problemas más grave que se trasluce de la primera derrota de la temporada es que el Madrid, ese que ha pasado otro verano sin fichajes, más todavía, que ha vendido a una buena hornada de canteranos con capacidad para aportar en el máximo nivel, está intentando estirar los éxitos de una generación a la que los jóvenes no le están sabiendo dar el relevo.

Con todo y con eso, el ahorro blanco en el verano de la pandemia se ha acometido a la espera de hacer realidad el sueño de Mbappé o Haaland en su defecto. Mientras, hay que sobrevivir sin jugadores diferenciales para volver a ser un equipo solvente, que no esté a un mal viento de naufragar.

SEÑALADO ZIDANE

El gran señalado, entre recurrentes menciones críticas a las actuaciones de Marcelo, Isco o Lucas Vázquez (que no estuvieron por debajo de otros nombres más ilustres), fue el planteamiento inicial sin contención en el centro del campo de un Zidane que, con su equipo inicial, empezó a diseminar la idea de que no hacía falta una implicación plena para sacar el partido adelante.

La manida reivindicación de un delantero goleador se hace más patente tras cada jornada del Madrid, con victorias con poco brillo alternadas con fiascos difícilmente explicables por un equipo cuyas aspiraciones europeas quedan muy en entredicho a tres días de comenzar una nueva edición de la Liga de Campeones.

Sergio Ramos, que se retiró con molestias ante el Cádiz, deberá ser sometido a tratamiento para intentar que llegue al debut europeo contra el Shakhtar el miércoles, pero con la tentación de no forzar con vistas al Clásico en Barcelona el sábado.