Pese a las dificultades del equipo en la clasificación, está siendo una de las sensaciones de la campaña. La internacional senegalesa Maguette Mbow, que afronta su primer temporada en el Extremadura Arroyo de Superliga de voleibol femenino, afirma que sus comienzos en Arroyo de la Luz no fueron fáciles, "al principio fue dífícil, procedo de un lugar mucho más grande, como Dakar, y me costó acostumbrarme a un sitio más pequeño, pero la cercanía y el cariño de la gente me ayudaron a identificarme con su modo de vida, y ahora soy feliz".

Mbow (1.87 metros y 22 años), señala que su rendimiento en el equipo extremeño "ha ido claramente de menos a más, ya que tampoco conocía a mis nuevas compañeras, ni a mi entrenador, pero aparte de las estadísticas, yo mismo me doy me doy cuenta que me encuentro más a gusto y cada día puedo aportar nuevas y mejores opciones en los entrenamientos y en los partidos".

Rutina con el voleibol

La jugadora reconoce que una jornada en su vida diaria comienza después de las 10.00 ("me suelo despertar tarde, porque también me acuesto tarde hablando en internet con la familia y amigas"). Tras el trabajo matinal en el gimnasio y el almuerzo, dirige a primera hora de la tarde, junto a la directora técnica del club cacereño, Judith Pérez, los entrenamientos de las benjamines, "algo que me encanta", para terminar el día con la sesión de trabajo con el equipo profesional.

Acerca de la vida social en Arroyo de la Luz, subraya que "la gente es muy amable, todo el mundo me habla y me saluda por la calle, cuestiones que hacen que me sienta muy bien aquí, como una más".

Maguette Mbow comparte vivienda con las brasileñas Jessika Soares y Gracieli do Monte, "dos chicas estupendas que me ayudan en todo, tanto en la cancha, como fuera de ella, algo que creo que es primordial para sentirte bien lejos de tu casa, y poder desarrollar bien tu trabajo". Respecto a cómo ve el final de temporada y la lucha con el VP Madrid por lograr la permanencia en la élite del voleibol español, Mbow asevera que "será muy difícil y complicado, pero este equipo tiene una cosa a su favor que no había advertido en otros sitios: su unión y su capacidad para levantarse cuando los resultados no son buenos".

"Si seguimos trabajando como hasta ahora, todos unidos, podemos conseguirlo, y yo desde luego voy a darlo todo porque así sea y estoy convencida que la afición de Arroyo podrá disfrutar el año que viene de otra temporada en Superliga", concluye.