GRUPO IRUÑA NAVARRA - 79: Adams (4), Bas (7), Sanz (12), García (13), Txomin (5) --cinco inicial-- Parmer (18), Baquer, Labiano (11) y Narros (9).

PLASENCIA EXTREMADURA - 67: Silvestre (9), Almazán (9), Sekulic (5), Cruz (7), Zalvide (6) --cinco inicial-- Soria (8), Calvo (10), Conejero (2) y Barceló (11).

PARCIALES: 22-17, 24-13, 20-20 y 13-17.

ARBITROS: Jorge Martínez Fernández y Rafael Serrano Velázquez. Sin eliminados.

INCIDENCIAS: Primer partido de ´playoff´ de ascenso a la Liga LEB Oro. Mañana se disputará el segundo, también en Pamplona.

El Plasencia Extremadura no pudo comenzar su andadura en el ´playoff´ de ascenso a LEB Oro logrando una victoria. Los de Rafa Gómariz cayeron en Pamplona ante un sólido Grupo Iruña (79-67) que defendió con éxito el factor cancha. Los extremeños no estuvieron cómodos en el partido, nunca pudieron imprimir su ritmo y acabaron jugando durante muchos minutos a lo que querían los locales. Lejos de los partidos lentos y duros en defensa que habían protagonizado ambos equipos en la fase regular, los navarros arrancaron muy enchufados.

En el primer cuarto anotaron veintidós puntos que cimentaron en su evidente superioridad física en el rebote, tanto ofensivo como defensivo. A partir de ahí, el Grupo Iruña aplicó siempre muy bien las consignas que tenía, correr e imprimir velocidad al encuentro. El enorme acierto en el tiro de hombres como Parmer o Sanz hizo que la estrategia fuese perfecta.

Los de Gomariz aguantaron el ritmo en los primeros diez minutos, pero en un partido alocado tenían siempre las de perder. El Plasencia aguantaba a duras penas y se veía que en cualquier momento la balanza podía caer del lado del equipo navarro.

Es lo que sucedió en el segundo cuarto, donde el Grupo Iruña se convirtió en un auténtico vendaval imposible de parar para los visitantes. Parmer en el tiro y Adams en el rebote hicieron que el juego interior fuese muy fluido para los de José María Urabayen, que apenas notaron la ausencia por lesión de su base Chema González.

Sanz y Baquer se alternaron bien en esa posición y lograron que el equipo no perdiese nunca la concentración.

SIN OPCIONES Al descanso las cosas ya estaban muy complicadas para el Plasencia, porque el hachazo de los locales había sido importante (46-30). La defensa cacereña no terminaba de encontrar la forma de parar a los navarros. No la encontró tampoco en la segunda parte, donde la victoria del Grupo Iruña nunca corrió peligro.

Las diferencias fueron estrechándose y ampliándose, pero nunca lo suficiente como para que los de Gómariz soñasen en dar la campanada en la pista del cuarto clasificado de la fase regular. A falta de diez minutos la diferencia seguía siendo de dieciseis puntos (66-50).

Lo intentaron firmamente los visitantes, pero sin demasiada fe. Enseguida comprobaron que darle la vuelta al marcador iba a ser imposible y decidieron reservar fuerzas para el segundo asalto del playoff que se disputará mañana viernes en el mismo escenario. Los extremeños esperan, para entonces, presentar mayor batalla ante un conjunto ayer muy consistente.