CACERES CB: Ferrán López (6), Joffre Lleal (14), Hurl Beechum (20), Gabriel Muoneke (7), Kevin Thompson (10) --cinco inicial-- Juan Antonio Orenga (2), Dani García (10), Ariel Eslava (2).

CASADEMONT GIRONA: Sydney Johnson (5), Tyrone Ellis (9), Veljko Mrsic (19), Eric Struelens (14), Darren Phillip (6) --cinco inicial-- Jordi Trias (4), Vallmajó (0), Enrique Moraga (7), Pere Capdevila (0).

ARBITROS: García Ortiz, Hierrezuelo y Peruga. Eliminado: Ellis (min. 40).

MARCADOR CADA CINCO MINUTOS: 12-10, 17-16, 23-26, 33-34 (descanso), 44-40, 48-48, 56-52 y 71-64.

INCIDENCIAS: Vigesimosegunda jornada.

Aparca el Cáceres sus penurias durante un par de días, los que transcurrirán hasta el choque, también decisivo y también en casa, ante el Caja San Fernando. Ayer cumplió con el 50% de su misión para volver a enchufarse a la salvación, una victoria sin brillo, pero importantísima y muy emotiva, frente al Casademont Girona.

No fue una noche para gourmets del baloncesto. Se notó claramente que ambos equipos andan metidos en problemas y con una falta de proyecto deportivo evidente. Sin embargo, el Cáceres supo sacar lo mejor del caos y lía así a su oponente en la lucha por la permanencia. Casi todo salió redondo para los verdinegros, que vieron cómo también perdían Fórum Valladolid y Granada. Sólo conseguir el basket-average frente al los catalanes --se perdió en Girona por 13 puntos-- hubiese completado la felicidad general de una gente que a la que se la ve ansiosa de seguir disfrutando del mejor baloncesto de Europa.

ENCUENTRO DRAMATICO

El Cáceres recuperó la actitud que le ha caracterizado durante gran parte de la competición y que había parecido perder ante Canarias y Manresa. La última filtración es que el vestuario ha decidido al fin unirse y apelar a un cierto espíritu de Fuenteovejuna . Especialmente llamativo fueron los ánimos mutuos que en más de una ocasión se dieron Ferrán López y Gabriel Muoneke, que en Manresa habían escenificado con palabras gruesas la división interna.

No obstante, entre tanta tensión lo que faltó fue acierto. El desbarajuste parecía llegar hasta el mismísimo marcador, que durante todo el primer tiempo dio un punto más del que correspondía al Casademont Girona.

El inicio fue esperanzador. Hurl Beechum clavó sus dos primeros triples, Eric Struelens se lesionó y Darren Phillip cometió su tercera falta. Todo en un primer cuarto del que el Cáceres no acabó, sin embargo, de sacar partido. A su final, 17-17.

La preocupación en los locales la ponían la baja de Mike Hansen y las personales de Kevin Thompson. Otros hombres fundamentales como Ferrán y Muoneke tampoco parecían tener precisamente su día y el Casademont olió la sangre, aunque se lanzó a la yugular cacereña tímidamente (19-24, min. 13). Manolo Hussein, cuyo cuello ahuyenta el peligro, recurrió entonces al equipo nacional , el del entusiasmo que ejemplifican Ariel Eslava y Juan Antonio Orenga. Y con Lleal de improvisado base, el partido volvió a equilibrarse (33-34 al descanso).

La segunda parte estuvo también trufada de errores y precipitaciones. El sistema nervioso de estos dos equipos está deshecho. Beechum tiró del carro durante algunos minutos en el tercer cuarto con siete puntos seguidos, pero todo presagiaba un final brutal (48-48, min. 30). El problema era que el Cáceres apenas dominaba el rebote, pero el Casademont se suicidó en los triples (Ellis, 0/9) y esta vez sí hubo el plus verdinegro en defensa, seguramente inculcado por un público metidísimo.

Una pequeña renta lograda a golpes de corazón --espléndido Lleal-- la confirmó irónicamente Ferrán en los dos minutos finales con sus dos únicas canastas. Efectivamente, el Cáceres está vivo.