Bajo una presión extrema, el equipo de rescate que iba en busca del montañero español Oscar Pérez, colgado en el Latok II, en el Karakórum (Pakistán), desde hace ya 11 días, acordó ayer poner fin a la búsqueda del alpinista, que tiene una muñeca y una pierna rotas, debido al mal tiempo. Esa tormenta que se esperaba para mañana avanzó inesperadamente su llegada dificultando los ya de por sí complicados trabajos de rescate. "Era poner en riesgo la vida de los alpinistas que iban en busca de Oscar y no nos perdonaríamos que alguien más perdiera la vida. Ha sido una decisión muy dura de tomar", admitió Sebastián Alvaro, coordinador del rescate, desde Skardú, quien agregó que la previsión meteorológica augura que la borrasca se mantendrá durante los tres próximos días.

La decisión de abandonar el rescate se tomó de común acuerdo entre Alvaro, los alpinistas situados en el campo base del Latok II (7.108 metros) y el club Peña Guara de Huesca, del que era miembro el escalador desaparecido, de 33 años.

TRABAJO AL LIMITE La entidad oscense explicó ayer en su web que "las dificultades técnicas de la ruta, las pocas probabilidades de encontrar a Oscar con vida y, sobre todo, el riesgo para la seguridad de los porteadores de altura y de los escaladores en esta difícil pared en malas condiciones", han obligado a poner fin al operativo de salvamento. El club de montaña finaliza la nota dando las "gracias" a todos los que han participado en esta operación, "por haber trabajado al límite de sus posibilidades".

Y es que, realmente, la labor de los alpinistas que iban en busca de Pérez ha sido impresionante. Jordi Corominas, Jonatan Larrañaga y el norteamericano Fabrizio Zangrilli, ayudados por varios porteadores de altura, lograron en un tiempo récord y, en el caso de los españoles, sin aclimatación alguna, equipar con cuerdas fijas la vía hacia el collado sur, por donde se quería evacuar a Pérez ya que esta vertiente presentaba menos dificultad que la cara norte, por donde había ascendido el montañero accidentado y su compañero de cordada, Alvaro Novellón, que logró regresar a Skardú tras dejar a su amigo en una pequeña repisa con dos sacos de dormir, algo de alimento y un hornillo con dos cartuchos de gas.

DIFICIL "Ayer incluso llegaron escalar por encima del collado sur", a 5.800 metros, explicaba Sebastián Alvaro en una mezcla de admiración y tristeza, ya que todo el trabajo realizado se vio truncado por irrupción de la borrasca. "De hecho, ahora empezaba lo realmente duro de verdad", agregó el exdirector de Al filo de lo imposible, consciente de la enorme dificultad que entrañaban los 500 metros que separaban a los alpinistas de la repisa donde se encontraba Pérez. "Aunque sus posibilidades de supervivencia eran mínimas, creo que tenía alguna", afirmó apesadumbrado Alvaro.

Si el tiempo lo permite, un helicóptero del Ejército paquistaní trasladará hoy a los alpinistas españoles y norteamericanos hasta Skardú. "Si no es posible, regresarán junto con los porteadores andando hasta esta población, lo que les puede llevar unos tres o cuatro días", añadió Sebastián Alvaro, al que el accidente de Pérez le cogió de vacaciones en la zona aunque rápidamente se puso al frente del rescate.

Manuel Bara, presidente del club Peña Guara, explicó: "La familia ha entendido que no se podía poner en riesgo a todos los rescatadores". Y añadió que el mal tiempo obligaba a volver a revisar, al cabo de unos días, los 2.000 metros de cuerda fijados a la pared del temible Latok II. H