El Cacereño se la juega el sábado. En realidad, de aquí al 15 de mayo se la jugará cada fin de semana. Su delicada situación, al borde del abismo, convierte cada partido en un duelo a vida o muerte . "Finales", lo llaman en el club. Y en la próxima, una final de finales , por darle más dramatismo, el CPC se la juega ante un rival directo, incluso aún más necesitado de los puntos. Es el sábado a las 17.00. El conjunto verde, uno de los peores equipos a domicilio --7 puntos en 14 partidos--, visita al peor como local, el Compostela., que en 15 encuentros solo ha sumado 17 puntos: cinco victorias, dos empates y ocho derrotas.

Parece, por lo tanto, un campo propicio para que el Cacereño siga sumando en su escalada hacia la permanencia. El rival, además, llega plagado de bajas: dos jugadores sancionados por acumulación de amarillas, Josu y Mon, y dos bajas por lesión, el portugués Joao Camacho y Joaquín, dos ausencias, estas últimas, que mermaran el aspecto ofensivo de los gallegos. Todo lo contrario le sucede al CPC, con 19 jugadores disponibles tras la tramitación de la ficha del holandés Hans Mulder y la única baja de Aarón por sanción.

Cacereños y compostelanistas presentan unas estadísticas muy parejas. Tienen las mismas derrotas (14), los mismos goles en contra (33) y casi los mismos a favor, 19 los verdes y 17 los gallegos, el peor equipo del Grupo I de Segunda B. Los cuatro puntos más que tienen los extremeños llegan de las dos victorias más que acumulan (7 contra 5), aunque han empatado dos veces menos (8 y 10).

En el vestuario verde todos son conscientes de lo mucho que se juegan en las instalaciones de San Lázaro. Piensan incluso que no les vale ningún resultado que no sea la victoria, sobre todo teniendo en cuenta el siguiente compromiso: la visita del líder, el Rácing de Ferrol, al Príncipe Felipe.

No es nada fácil el calendario que le espera al CPC, que también tiene que enfrentarse en su campo al segundo clasificado, el Rácing de Santander. Eso será en la jornada 33 y, en la 34, otro duelo con un rival directo por la permanencia, el Astorga. Una montaña rusa que no dará un segundo de paz a una plantilla que confía ciegamente en sus opciones.