Desde el primer norteamericano fichado por el nuevo Cáceres 2016, David Patten, al último, Jelani McCoy, los problemas deportivos y/o extradeportivos han sido una constante en estos casi cuatro años. Es raro el pívot yankee que haya salido bueno en el Multiusos y la misteriosa lesión de McCoy --nadie sabe o quiere decir qué tiene su espalda-- es el último episodio que podría, como otros, acabar con su cambio.

Sucedió con el mormón blanco Patten en la temporada 2007-08, en LEB Plata. Fue facturado a casa en navidades de mutuo acuerdo porque ni él estaba centrado --al parecer, por la enfermedad de su padre-- ni su juego estaba aportando lo que se esperaba.

Su sustituto, el experimentadísimo Harper Williams, sí resultó un enorme acierto para arreglar la temporada y rozar el ascenso, pero a la siguiente, ya en la LEB Oro, apenas duró cuatro partidos, cortado sin indemnización por protagonizar un escabroso incidente de tráfico en el que se negó a pasar la prueba de alcoholemia.

La doble pirueta mortal llegó con el jugador que llegó en lugar de Williams: Wayne Simien. Probablemente el pívot con más calidad que ha pasado por Cáceres en muchos años. Su éxito iba camino de ser rotundo... si no llega a enlazar un mes de lesión con su marcha unilateral a Estados Unidos para cuidar de un familiar-amigo (¿se sabrá algún día exactamente de quién se trataba?) con una enfermedad terminal.

Simien no volvió nunca y no pudo ser suplido porque se había pasado el plazo. Tan peculiar era que, con apenas 26 años, anunció su retirada del baloncesto para ser pastor evangélico.

El otro americano de aquella campaña, Adrian Moss, protagonizó un año muy irregular, marcado por variados problemas físicos. Se aseguraba que tendría muy difícil seguir jugando, pero ahora está haciéndolo, en el Palencia.

Los últimos casos

La pasada campaña, el Cáceres 2016 eligió a Drew Naymick y Randy Holcomb como pareja foránea en el interior. Del primero no se esperaba demasiado y, con sus limitaciones, cumplió. Holcomb sí venía con la vitola de jugador decisivo, pero fue cortado , en gran parte por su alergia a la pintura y su propensión a cometer faltas.

Su puesto lo ocupó Ira Newble, que llegaba con un impresionante currículum. Jugó bien, pero solo estuvo tres partidos: su inadaptación la expresó negándose a viajar desde Girona a Cáceres en autobús. Por él llegó con decente rendimiento Shawn Taggart --ahora en Murcia, rival del viernes--, pero tanto él como Naymick naufragaron en los playoffs ante Burgos. Prueba de ello, ninguno de los dos renovó.

Este año, Ryan Humphrey, si consigue eludir sus problemas físicos y mejorar en tiros libres, va camino de ser el más rentable entre sus compatriotas.

La situación de McCoy es de stand by . Quizás dentro de poco, el club tenga que hablar seriamente con su agente en España, David Carro... el mismo que el de Simien, Newble, Holcomb y Taggart.